Aullidos del fin del mundo

jueves, 10 de diciembre de 2015

La cobardía de las palabras

Las palabras tienen intensidad. En su cuerpo llevan escritas emociones, recuerdos, tragedias. 

Quien pensaría que pronunciar el nombre de una persona te pudiese reducir a cenizas. O una ciudad, un pueblo, un lugar. Que tan sólo con decirlo en voz alta te hicieses añicos. 

Hay palabras que nos vienen a la cabeza y nos rememoran momentos que no volverán, sensaciones que de volver a revivirlas harian que nuestro corazón bombease como antaño.

Y luego están los rincones. Allí donde la huella es imborrable, donde se ha quedado la voz impregnada. Ahí está la verdad. Los lnstantes. Lo que dejaste pensando que volverías. Aquello que perdimos y ganamos. Lo que busca la gente. Lo que andan buscando como lobos en caza. 

Entonces es cuando vertemos la música en la receta y el cóctel se vuelve explosivo. Sólo necesitamos cerrar los ojos y aferrarnos a los retazos. Sentarnos delante del mar. Inspirar. Expirar. Llorar.

Las palabras esconden tantos secretos...

miércoles, 18 de noviembre de 2015

Flaquezas

Es cuestión de tiempo. Tu cara ya no me evocará esas pesadillas, espero. Ya no hay confrontaciones, como si estuviese proclamada la tercera guerra mundial. Las ganas, pero, también desaparecen, un poco mustias y con algo de tristeza. Queda alguna nota de dolor en mi garganta, pero es soportable. Los latidos, esos ya dejaron de intentarlo. Los errores se quedan donde están. De hecho, no sé si considerarte uno de los más grandes de toda mi vida. Aunque así fuera, de los errores se aprende. 

A estas alturas, me hace gracia como en contadas ocasiones puedes desestabilizar mi mente y dejarla en suspense, como hay veces que se alimentan las posibilidades como alimañas, como si en algún momento hubiese alguna historia que retomar. Es gracioso, porque estoy seguro de que aquello que vivimos es de las pocas cosas de las que puedo afirmar que realmente ha valido la pena, incluso ahora, es de esos errores que sabes que están mal, que va a terminar en tragedia pero que irremediablemente van a hacer de ti la persona que eres.

Estuvo bien. Aprendimos, mejoramos, nos herimos, crecimos. Ahora solo queda aprender a vivir con esa espina clavada. Es como una cicatriz que está grabada en el estómago. Ahí pertenece, al estómago, donde se sienten las emociones, donde se está a punto de morir. Donde se quiere, donde se aprende a dejar de querer.

Caleidoscopio

Las ganas se esfuman como volutas de humo. Su cara no dice nada, ya no dice nada. A veces se para cuando alguien le está pidiendo limosna, le echa un par de monedas y cree sentirse en deuda con el mundo. Luego llega a casa y se pone a fumar. Se pasa las últimas horas de la noche en la terraza viendo la gente pasar. Allí, a las afueras, no hay gente a la que ver pasar. Hoy es ese día en el cual siente que el mundo tiene algo en contra de él, como si las sombras le espiasen y las calles se estrechasen a su paso.

Vuelve de nuevo andando, le gusta hacer eso, le sienta bien no sentirse enlatado dentro de un vagón de tren. La luz se apaga rápido y el mundo vuelve a pertenecer a las sombras, aquellas que a veces cree que poseen algo más que tristes siluetas. Se suma a las doce con algo de música de los ochenta y contempla las estrellas; aquel otro mundo que quizás es más justo, porque allí nadie grita, no como lo hace su cabeza.

Hoy vuelve a suspirar. Se siente confuso, intranquilo, algo solo. Mira hacia arriba, al espacio y vuelve a agachar la cabeza hacia el mundo real, el mundo que le indica cuando despertar y qué hacer después, si hay algo que hacer, algo de provecho, me refiero. 

Suspira con tanta intensidad que parece que el alma vaya a escaparse de su cuerpo. Hay tanto amor en tan poco espacio que no sabe como administrarlo.

Entonces se esconde bajo sus sueños, llenos de color y lugares que jamás podríamos imaginar. Se transporta, se difumina, se fusiona. 

Hoy volverá a soñar y mañana se despertará, con aquel dulce sabor amargo en los labios de quien está a punto de tocar la meta. Cuando eso suceda, cuando se levante, se frote los ojos y abra la ventana, cuando le de los buenos días al mundo y se de cuenta de que sus sueños pueden ir más allá de su mente, allí, él, lo decidirá.

Su cara empezará a decir algo. Algo diminuto, una brizna de lo que puede llegar a ser. Una mueca, una pequeña sonrisa, unos labios torcidos. Esperanza.


lunes, 9 de noviembre de 2015

Este laberinto y yo nos conocemos

Entiendo que puede parecer que alguien descubra en él una persona fuerte, firme, con una mirada que puede llegar a acunarte en sus brazos. Reconozco que algunas noches he llorado con él de lo valiente que ha sido. He llegado a creer que podría dejar de desviarse, de perderse en esos muros infranqueables. En más de una ocasión le he visto reconstruirse de cero, incluso cuando acudía a mí con esa voz rasgada y todas las heridas abiertas. 

Pero sigue siendo aquel niño asustado que se arropa hasta las cejas e intenta ahuyentar sus demonios. Le cuesta dormir. Le cuesta conciliar el sueño, la paz interior. Le cuesta horrores. Le cuesta y le pesa. Demasiadas puertas cerradas y demasiadas llaves acartonadas.

Vienen del mismo lugar, pero no pueden volver a mirarse a los ojos. No de frente. Ni siquiera aunque él le guiase a la salida. 

No hay salida para aquel que no quiere retroceder, solo la decisión de cual será la siguiente esquina que deberá afrontar.

lunes, 2 de noviembre de 2015

Prólogo/Epílogo

Mecido por el viento del norte se dejó llevar. 
Como aquel espíritu sin dueño, vagaba sin rumbo pero con libertad. 
Le habían crecido alas, esbeltas y acogedoras. 
Volvía siempre a aquel rincón cerca del mar.
Planeaba por la costa, siempre a ras de suelo, pero nunca tocando la tierra.
Se había acogido a una falsa rutina, una que no le hacía sentirse tan perdido.
En lo más alto del cielo, cuando volaba, lo veía ahí.
Veía todo aquel mundo por explorar.
Todo aquello que no quería perderse, que sentía la necesidad de conocer, de tocar.
Pero él era el guardián.
El guardián de un mundo que no podía llegar a sentir. 
Un lugar que le daba tanto espacio y a la vez le retenía.
Sus alas.
Necesitaba cuidarlas. Necesitaba entrenarlas.
Curtirlas. 
Huir.
Siempre en dirección al océano.
Siempre al contrario de donde venía.
Justo.
Si no había más remedio, entre rayos y truenos.
Sin mirar atrás.

viernes, 30 de octubre de 2015

Colisión

Hay que localizar le infección, llegar al foco, encontrar el punto de fuga y armarnos de valor. Hay veces que simplemente no tienes más elección que la de seguir andando y colisionar con todo aquello que venga por delante. Como un detonante que te indica el final de la etapa, un brusco inicio, un momento caótico que hará que todo lo que creíamos saber no sea más que una falsa referencia.  

Debemos eliminar la infección o podría llegar a formar parte de nosotros. Debemos escapar, de nuevo, de un mundo idílico que tan solo existe más allá de imaginación, más allá de la enfermedad. 

Debemos despertar. 

lunes, 26 de octubre de 2015

Las últimas luces de octubre

Dónde se hallarán aquellas decisiones que una vez fueron tomadas y nunca nadie supo como afrontarlas. Donde habita el miedo de ser la otra persona, aquella que languidece en lo más profundo del páramo. Quien compone ese cuerpo, desnutrido y con falta de cariño. Es hermoso y triste a la vez. Es el lugar más cálido en el que alguien haya podido estar. Entre la maleza y la carroña, entre la naturaleza y lo superficial. Allí me escondo. Allí me impregno. Allí volveré a nacer.

lunes, 12 de octubre de 2015

La sal en la vida

Imagina quitarle el agua a un pez, la magia a las brujas, las sonrisas a los payasos, la voz a un cantante, los resultados a los problemas, el pan a los pobres, los hijos a las madres, la arena a la playa, los días a la semana, la paz a la guerra, los sueños a los soñadores.

Imagina obligar a alguien a no poder nunca darle lo que más anhela. 

sábado, 10 de octubre de 2015

Nunca esperé que quien provocó todos los incendios sería también quien los apagó

Lo de ayer no pudo ser. Todo lo que probé navegó conmigo. Fue un encuentro imposible de grandes dimensiones. Así se terminó todo, así llegó la tormenta. 

Recuerdos malheridos que nunca dejan de doler. Son cimientos de otra era, de un tiempo donde tener esperanza le daba sentido a lo que estaba por llegar. Aún recuerdo el olor de la hierba recién cortada, del agua que sonaba impertérrita de fondo y del día haciéndose noche en edificios que rozaban tu mar. 

No es lo mismo, muy a pesar. Allí descubrí el cielo, aquí solo tengo los bocetos. 

¿Serán esos los únicos y verdaderos sentimientos que nunca volveré a tocar? ¿Será todo tan estático hasta que alguna vez me pueda volver a escapar?

jueves, 8 de octubre de 2015

El hambre nunca dejará de callarse

Toca definir las horas, darle cuerda al mundo, regresar al estado primario, sumirnos en un letargo familiar. 

Es normal que me cueste olvidar todos los días. Borrar todas aquellas cosas que me daban la vida. Hubo un tiempo en que todo aquello era irreal. Defectos momentáneos. Efectos pasajeros. Cicatrices que dieron paso a un nuevo misterio.

Si pudiese detener el mundo y pudiese volver a verlo tal y como lo hacía entonces, protestaría hasta darme las gracias. Protestaría hasta darme cuenta de las cosas. Protestaría... hasta recordar los finales.

martes, 6 de octubre de 2015

Canción de amor

Déjame temblar, que tengo derecho a pasar frío. Morirme será divertido y más si tú estás conmigo. Gritar hará del espectáculo una colisión sideral. Yo no te oiré y tú gritarás y gritarás y te arrodillarás en el escenario. Seré la pesadilla que planeará sobre tu cruz. El publico enloquecerá y el sonido cubrirá todas las quejas que, sin pena ni gloria, murmures delante de todos aquellos que aclamen la sangre de la canción. 

En el segundo anterior en que la voz se apague terminaré entrando en tu mundo, con solo una sonrisa marchita y te lo haré entender todo con las palabras. 

Las palabras que te dispararé. 

lunes, 5 de octubre de 2015

Sentirme querido

Perdí la noción después del desfase. El techo era ahora el suelo por donde caminaba. Daba dos pasos y me quedaba paralizado. Quería cortar de tajo aquella ilusión óptica. Bebí un poco de más. Que ironía. Aquel día había nacido artista. Todo eran dibujos de escaleras y laberintos. Me creía el rey de mi pequeño hogar. Era todo tan borroso. Un montón de ilusión que no sabía como canalizar. 

Que miedica, dirían, le da miedo ver las cosas sin las gafas. Negras, tan negras como las cosas que podrían haber terminado aquella noche. 

miércoles, 30 de septiembre de 2015

Contra todo pronóstico

El calor se despide con las primeras gotas del otoño. Nos abrigamos con lo poco que tenemos. Algunos se refugian en sus tazas de chocolate caliente y otros, como yo, seducen a las sábanas hasta quedar enterrado en ellas. 

Decisiones etéreas que invaden la privacidad, motivadas por lo desconocido y luchando por abrir un camino al que nunca quise ser arrastrado. 

Las cosas cambian. Hoy por hoy nunca imaginé estar aquí, siendo este un futuro inexacto que ha vuelto a mí en forma de presente lluvioso. 

El agua, calándome hasta los huesos, helada hasta decir basta, nunca me decepciona. Ella hace de puente entre mis idas y venidas. Puentes por los que paso de puntillas, con miedo del derrumbe, con aquella sensación acusadora de que en cualquier momento puedes resbalar. 

Podría llegar a estar en sitios donde no debería estar, que podrían ser justamente el lugar donde querría estar. 

Como nos gusta complicarnos la vida.

miércoles, 23 de septiembre de 2015

La cita que tenemos junto al mar

Hay tantas cosas que añorar, que año tras año las vamos acumulando como sacos de piedra. A veces me interrumpen imágenes en la cabeza, personas o lugares a los que echo de menos y sé que quizás no volverán o no podré disfrutarlos con la misma frecuencia, pero sí con la misma intensidad. 

La corriente me lleva al mar y me iría a cualquier parte que me hiciese desvanecer. Como todas las noches, parece que puedo vivir al norte de mis paraísos. 

Es extraño, no es que sienta que no pueda ser feliz ahora mismo, es sólo que creo que podría perfeccionarlo más, pulirlo, como si toda mi vida fuese un gran escultura por esculpir y yo el artista sin inspiración.

De momento, me quedaré con esta incertidumbre de horizontes que me lleva a citarme con lugares en vez de con personas. 


martes, 15 de septiembre de 2015

El amarro del anonimato

Uno es y dejar de ser de inmediato. La esencia sigue ahí y eso puede hacer que resaltes entre la multitud, para bien o para mal. Hay tantas variaciones de personas que es difícil llegar a conocerlas a todas.

Pero hay veces que nos gusta pasar desapercibidos, ese misterio de estar detrás de las sombras, de escuchar y formar tu propia opinión, de ser ese esquivo fugitivo que solo sale a la luz si realmente él lo cree conveniente.

Siento que ese cosquilleo que en ocasiones te dejaba ser y no ser se ha diluido un poco, pero al mismo tiempo creo que el hecho de mostrarte al mundo y reafirmar tu persona es un ejercicio necesario que lo único que puede hacer es darte todas las papeletas para brillar.

Puede que no sea tan malo después de todo eso de dejar de ser una rostro perdido para convertirte en un nombre con apellidos. 

Eso sí, debes aprender a brillar, porque no todos lo hacen con la misma intensidad. 

lunes, 14 de septiembre de 2015

No todos los héroes llegan a adultos

Hay una fiesta a punto de empezar aquí. No me apetece mucho soplar las velas ni recogerlo todo después. Tengo la sensación de que no debería estar moviendo los brazos y saltando. El precio que estamos pagando es demasiado tan solo por divertirnos. Es la última sonrisa antes de perder el conocimiento. Quizás debería lanzarme a la piscina y celebrar que es la última noche donde mi amor es ciego. 

Cuando me despierte no quedará más que la sombra de ayer, la de aquellos regalos que nos hacíamos con la mirada, de toda la esperanza que depositamos el uno en el otro. Ya no queda más espacio en el calendario ni ganas de darle la vuelta.

Mi corazón decidió hacerse mayor. 

jueves, 3 de septiembre de 2015

Dulce victoria

El mañana llegó. Es tanta la emoción que tengo que me sorprendo incluso a mí mismo. Hoy puedo decir que he cumplido mi sueño, uno de muchos, pero al fin y al cabo he cumplido uno. ¿Cuántas personas pueden decir eso? Creo que menos de las que imaginamos. 

Llevo tanto tiempo hablando de metas y sueños que hay que perseguir hasta la saciedad que creía que iba a perderme en alguno de los huecos que se han ido formando intentando disuadirme de la esperanza. Llegó un punto en el que rozaba lo absurdo y parecía que por más que lo intentase no habría manera, estuve a punto de rendirme, después de todo, no sé puede vivir toda la vida de algo que no te da para comer, pero... hay una recompensa para todos aquellos que luchan por lo que quieren y hoy la vida me lo ha confirmado, aunque las cosas se pongan turbias y el mundo te nuble, llegará el día en que los sueños se harán realidad y dejarán de ser sueños para dejar paso a todo aquello que vinimos a buscar.

Hoy, por fin, zarpo. Hoy, más que nunca, alzo el vuelo. Hoy comienza el viaje. Hoy mi corazón vuele a destellar. Hoy, después de tantísimo, he vuelto a sonreír sin sombras, sin oscuridad. 

miércoles, 2 de septiembre de 2015

Seguiremos para siempre encadenados a la idea de ser libres de una vez

Me he imaginado en miles de futuros inciertos. En algunos más valiente que en otros. Algunos se han convertido en sombras, como si me hubiese convertido en el enemigo de mi propia situación, fuera de control. Otros, en cambio, son un remanso de paz, donde lo único que puedes escuchar son los susurros del viento que hablan de logros y sueños.

Se acerca el último el asalto y el mundo escuece. La estoy esperando, esa es mi oportunidad. Un impulso. Me cuesta mantenerme en pie, pero sigo teniendo algo de verdad en lo que creer, 

martes, 1 de septiembre de 2015

Se abren lentas las heridas

Sus ojos estaban mojados. El rojo cubría toda la pupila. Estaba acabado, era consciente de ello. No por ello dejó de caminar con esa mirada perturbadora. No llevaba nada más que sus manos y su ira. Su meta era muy clara, no tenía otra intención que la de llegar y dar un puñetazo contra lo que se situase delante suyo. 

De su cuerpo emanaba una fuerza sobrenatural, era como si nada pudiese detenerle. Saboreaba la derrota como quien se bebe hasta la última gota de agua. Quizás era eso, estaba sediento. Esa furia, esa rabia debía canalizarla de algún modo.

Si hubiese habido un muro de piedra enfrente de él ni siquiera eso lo hubiese detenido. Estaba roto, tanto por dentro como fuera. La sangre salpicaba su cara. Esa sonrisa no era humana. La disfrutaba, estaba sintiendo placer por todo aquel asesinato. Le gustaba matar pequeñas partes de él. La de ese día debía de tratarse de la esperanza. Sus ojos dejaron de mostrar sentimiento alguno y fue entonces cuando cayó al suelo, llorando como cuando era pequeño.

Se mordió los labios y tragó saliva mientras ríos de lágrimas saltaban y se suicidaban. Gritó tan alto y tan fuerte que incluso los animales se asustaron. Su voz fue decayendo y terminó en un eco casi imperceptible. Aquel era un buen momento para llegar al final, para acercarme e intentar disminuir el dolor, ese que le desencajaba el rostro y nadie era capaz de maquillar. 

Era como si nadie ni nada pudiese conquistarle jamás. Esa no era la vida que había elegido. Era como si no hubiese un camino por el que pudiese avanzar.

Santo

Es curiosa la manera que tiene la gente de aferrarse hasta el último momento a su última baza. Cuando se ven perdidos, sin ninguna salida plausible y con las cartas sobre la mesa deciden, antes de tirar la toalla, destinar sus esfuerzos a hablarle a alguien, a suplicar a una voz superior, a rezar, porque si eso no funciona ya nada más lo hará. 

Me llama la atención que la gente no creyente acabe llegando a esos extremos. Eso significa que el grado de desesperación es tan grande y tan acuciante que han entregado parte de sus valores y su mentalidad a un juego que ha dejado de serlo. 

No soy partidario de hablarle al cielo, pero quién sabe, si todo lo demás dejó de funcionar, no veo que más se puede perder. 

Así que esta vez debo hacerlo, cruzaré los manos y me pondré de rodillas clamándole a la naturaleza que si bien la justicia no existe al menos sí lo haga la paz que reinaría si por el amor de Dios el universo me deja respirar tranquilo al menos por una vez.

Por favor, por favor, por favor y amén. 

lunes, 31 de agosto de 2015

El niño de ayer y de hoy

Le abrazaría e intentaría calmarle. Le diría que todo irá bien, que todo mejorará, incluso con la incerteza del futuro. Le daría aquellas palabras que nunca le llegaron. Dejaría que me contase todo lo que le pasa por la cabeza, que se desahogara, que comprendiese que no es el único extraño aquí. Le haría entender que a veces hay lugares que no nos pertenecen y a los que no deberíamos volver. Si tiene la oportunidad, que corra, que aprenda, que vuele lo antes posible. Que no tenga miedo de salir de su zona de confort, que allí fuera no son todo fantasmas. Le aconsejaría que cuando le hiciesen daño, en vez de sufrirlo, se riese de él. Lo acabaría asimilando y no sería más que una anécdota más en su pasado. Que no se rindiese pasase lo que pasase, eso era lo más importante.

Estoy convencido de que me miraría y él, todavía siendo un niño inexperto, me diría lo mismo. Eso es de lo que más orgulloso estoy de él.

lunes, 24 de agosto de 2015

Hasta la médula

Dejé de acomplejarme en cuanto me di cuenta de que era único. Algunos gritaban la palabra monstruoso, fantasmagórico, demoníaco. En parte tenían razón, se me había agotado la bondad. 

Ser malvado tiene sus ventajas, puedes hacer lo que quieras sin remordimientos. Nadie necesita esos estúpidos sentimientos. Son ridículos. Ser diabólico, digan lo que digan, es más divertido.

¿Creías que los cuentos terminaban con un final feliz? Por favor, desde que se comen a las pobres perdices es obvio que se masca la tragedia. Los villanos, en cambio, no tienen que dar explicaciones a nadie, les hicieron tanto daño que aprendieron a tomar sus propias decisiones y a crear lo que les decían que era imposible. Ellos van a contracorriente. ¡Debería valorarse ese esfuerzo!

La única diferencia entre un héroe y un villano es el bando en el que están. Así que lo mires por donde lo mires, todos somos los malos de la película. Solo que a veces, algunos van a parar a una de comedia y otros a una de terror.

Pero bueno, los malos deberían ser los reyes sembrando el pánico, ¿verdad?

¿verdad?



viernes, 21 de agosto de 2015

El lenguaje de la piel

Sus ojos transmitían un destello oscuro. Como si dentro de él estuviese todo apagado, como si realmente viviese entre penumbras. 

Siempre que le veía me sonreía con aquella media mueca, nunca llegaba a abrir la boca del todo. Supongo que no tenía motivos para regalarle a alguien como yo una de sus sonrisas. Me pregunté como serían. 

Caminaba cabizbajo, con la cabeza gacha e intentando camuflarse en las esquinas. Parecía estar allí, pero al mismo tiempo daba la sensación de que su mente le transportaba a cualquier otro lugar mejor, porque parecía que ningún lugar era el adecuado, nunca se le veía a gusto, siempre con aquellos suspiros y de nuevo la sonrisa de media mueca, esta vez con un pequeño temblor en el labio inferior que denotaba toda aquella inseguridad que reflejaban los posos en su rostro. 

La última vez que le vi me pareció más pálido. Olía a tristeza y reflejaba una inseguridad que me hizo estremecer. 

Se despidió de mí de la manera más insólita que esperaba en esos momentos. Un abrazo y de los cálidos, de los que duran minutos y notas como te crujen los huesos.

Fue allí cuando me di cuenta. Necesitaba ayuda, solo que no sabía cómo ni a quien pedirla. 

jueves, 20 de agosto de 2015

Agostado

No hay certeza  en la desaparición. Evadiendo respuestas, intentos, posibles encuentros. El bloqueo ansía esfumarse. La travesía no se detiene ni en los días más oscuros, aquellos días que a penas vivimos. 

Hay tanto fuego en mis ojos, mis venas arden y las llamas no se extinguen ni siquiera en mi estómago. No sé como detener este incendio. Demasiados palabras que no llegan, demasiada calor. Es... asfixiante. 

Corre. No mires atrás. Puede que debas mirar. Debes saber por donde vas a empezar a quemarte. 

miércoles, 12 de agosto de 2015

Rechazo

Odio este puto lugar. Hacen que me sienta pequeño. Infravalorado. Hacen que sea como soy, que no pueda ser yo mismo, exapandirme, sonreír. Estoy bajo un techo que debería ser el mío y lo siento como un extraño, uno de esos que él tanto detesta.

¿Cómo podemos hacer de un extraño alguien no extraño? Conociéndole. Pero es imposible. Aquí no hay lugar para eso. Estamos aislados y él hace que la soledad sea todavía mayor. No hay manera humana de huir, de escapar. Aquí no hay respuesta, aquí solo está el "quiero vivir mi vida a mi manera y tú no vas a cambiarla"

NO QUIERO CAMBIAR LA FORMA DE VIVIR LA VIDA DE NADIE, PERO...

NECESITO VIVIR LA MÍA.

No hay charla que pueda lograr cambiar el punto de vista de nadie. Cuando alguien no quiere ver, no verá. Estoy cansado, jodidamente cansado de ser el perrito faldero, aquel hijo no deseado, estoy harto de vivir por ellos y no por mí. No quiero terminar consumiéndome aquí. No me quiero ir apagando. No quiero morirme.

Pero a veces... a veces siento que no estoy hecho para estar aquí. No sé que va a ser de mí. Ni siquiera puedo contar conmigo.

Cuando hay el más mínimo cambio, un indicio impreciso de que las cosas mejorarán vuelve la lluvia de balas e incomprensión.

QUIERO SER UNA PUTA PERSONA NORMAL. DEJADME SER UNA MALDITA PERSONA NORMAL O JURO QUE QUEMARÉ LOS CIMIENTOS DE ESTA CASA.

domingo, 9 de agosto de 2015

El corazón del reloj de arena

Te podría contar el curioso caso de la historia que empezó del revés.

Se conocieron por los pies y terminaron caminando por sus besos. Nunca necesitaron quedarse para verse durante unas horas y volver a sus casas, deseosos de quedar otra vez. Ellos preferían dormir juntos, quedarse dormidos a mitad de las películas, porque ya no necesitaban una excusa para pasar el brazo por encima del hombro y prepararse el desayuno con legañas y desnudos, saboreándose de buena mañana. Eran algo especiales. Empezaban por el final, donde les habían roto el corazón numerosas ocasiones y acababan sonriendo, endiabladamente, al darse cuenta de que lo que suponía una convivencia no era más que su primera cita. 

Así fue como se dijeron hola al despedirse, porque ellos no se centraban en el drama de las situaciones y se quedaban con aquel sencillo revoloteo de todas las primeras veces, que juntas, formaron todas las que vinieron después. 

Las noches de verano

Es simple. No son más que pequeñas revoluciones encendiéndose como una mecha que está a punto de consumirse. Son llamas danzantes que alumbran todo ese hueco que parecía insondable. 

Las olas del mar parecen lenguas de fuego dispuestas a abalanzarse justo antes de la tormenta. Hasta que justo sucede, cuando el cielo conjura la lluvia, el incendio se eleva. 

La montaña ruge y el volcán entra en erupción. Lame las piedras y se abre camino haya por donde pasa. No le teme, el fuego se lleva todo por delante, la tierra arde de dolor y todo queda arrasado por la lava. 

Colisiona. Es una guerra de titanes. El fuego y el mar. Se respetan. Toman las distancias. Se mecen desafiantes. El fuego es devastador, el mar es poderoso. Empieza aquel juego. Solo puede quedar un vencedor hasta que las cenizas se adentran en el agua, nadando, divertidas, en busca de un gran tesoro, en busca de aquel camino que nunca encontraban y se veían obligadas a materializar. 

Dos fuerzas imparables se besan. Rugen. Duermen abrazadas. Se acarician. Se velan. 

Se dan una oportunidad, la que nadie antes les había concedido y la que ahora, en una noche de verano, les devuelve la vida. 

sábado, 8 de agosto de 2015

Camaleónico

Las fauces se cerraron tras el festín. Verdes pistachos y rojos escarlatas inundaban la estancia. Rezagada, se encontraba la desesperación, hilarante de tanta máscara y tan poco disfraz. 

Los coros hacían eco en las esquinas mientras los títeres se volvían autómatas inertes de nuevo. Porque allí las noches eran de ocio, de bailes, de cuchillos en la garganta y dardos en el pecho. 

Las risas se sucedían una detrás de otra, con aquel tinte maquiavélico que había mutado de sus voces de ultratumba. 

Dantesco. Voraz. Brutal.

Los monstruos resucitaban a la luz del amanecer. 

viernes, 7 de agosto de 2015

Satélites

Como si el mundo exterior arremetiese sin cesar. Alguien grita ahí fuera. Ha conseguido entrar. Ha logrado arrastrarme a la tierra. Trago todo aquel polvo sucio. Me sujeta. Me derriba. Vuelve la embestida. 

Tan solo soy capaz de ver las estrellas. 

martes, 4 de agosto de 2015

La inspiración del mar

Le gustaba recurrir a aquel lugar, entre tanta gente y a la vez con tanta libertad. Se quedaba sentado viendo las olas romper y el sol ponerse. Le divertía aquel cosquilleo que le producía el agua al lamerle la punta de los pies. 
Cuando se encendía el faro y la niebla cubría el horizonte es cuando sacaba aquel cuaderno de dibujo al que tanto cariño tenía. Se quedaba ensimismado recorriendo sus propios bocetos de aquel mar tan profundo y de aquellos barcos que contaban tantas historias.
Se dio cuenta al pasar la última página que se había hecho mayor. Que el mar ya le había contado todas aquellas historias que la gente jamás conocería, que solo aquel pedazo de océano y él susurrarían en secreto. 
Se acercó al acantilado, abriendo los brazos en cruz y decidió lanzar al aire todos los dibujos que le habían acompañado desde que descubrió aquel rincón. 
Se liberó.
Solo el mar y su brisa.
Solo él y su inspiración. 

viernes, 31 de julio de 2015

En los edificios se escapa por el tejado

Flotas en el agua. El murmullo de las profundidades empieza a inundarte. Te sumerges, como si de pronto hubiesen puesto el peso del mundo en tu pecho. La superficie se vuelva cada vez más oscura. Una fuerza te empuja hacia abajo y una vocecita te aconseja que de nada sirve intentar salir de ahí. No tienes ni que esforzarte, no tienes porque ejercer ningún tipo de presión. Solo te hundes, hacia algún lugar. De tu boca salen disparadas unas pequeñas burbujas. Las miras con melancolía. Como si fueran tus hijos que crecen y se marchan de su hogar. 

Ellas encontrarán una salida, estás convencido; en cambio, tu final es distinto, menos acogedor, pero necesario. Debes morir para poder vivir. La luz se ahoga contigo. El río te traga y te escupe. Ahora formas parte de la nueva corriente. Eres irreconocible. 

Excepto...

jueves, 30 de julio de 2015

La belleza oculta

Nunca me había fijado, pero allí, entre todo aquel desorden, por fin lo veía claro. Quería algo que en su momento deseché. Ahora me parecía bonito, una maravilla de otro mundo. Sólo quería volver atrás, haberme dado cuenta antes. Necesitaba dejar de vacilar. Necesitaba que sucediese un milagro. 

Uno que lo curase todo. 

lunes, 27 de julio de 2015

La tundra

Como tortugas ermitañas nos refugiábamos en aquella cueva. Hacía frío y todo estaba húmedo. No podíamos impedir estar entumecidos, éramos como estatuas glaciales. A penas había nada para entretenerse más allá de observar las grietas que iban formándose a lo largo de los años. Parecía que la tierra fuera a abrirse en cualquier momento y que cualquier escondite no tenía cabida en ese mundo. No había ningún lugar seguro. ¿Era eso de lo que huíamos? 

Todo allí fuera era salvaje, daba miedo. A veces nos imaginábamos los monstruos que debían campar en esa desolación. Escuchábamos sus rugidos, aquellas voces guturales que seguramente provenían de algo terrorífico. Parecía una idiotez querer salir de nuestro pequeño hogar, de nuestra burbuja de protección. Que cobardes éramos, pero cuantas ganas de vivir teníamos. Preferíamos seguir respirando que enfrentarnos a lo desconocido; hasta que...

... me pregunté si quizás lo desconocido me haría abrir los ojos y cambiar de opinión. Si quizás todo aquel reino de terror no lo tenía más que en mi cabeza y mis pensamientos. Si quizás, esta tundra, fuera realmente monstruosa y que el verdadero peligro era seguir ocultándose, que la cueva terminaría por engullirme y que el frío terminaría helando mis veranos, mi sangre y mi voz. 

viernes, 24 de julio de 2015

Bombas de luz

Su vuelo no fue estable, a penas veía nada con toda aquella oscuridad que le rodeaba. Algunos destellos amarillos chisporroteaban a su izquierda y él seguía  mirando al mismo punto, a aquella nube de color negro que parecía hecha de carbón. 

Tenía la tormenta justo encima suyo. ¿Asustado? Mucho ¿Iba a parar? No. No era un "no, todavía no", ni siquiera un "no, no al menos ahora", era un "No. No voy a parar jamás".

Así que simplemente se dejó llevar y la atravesó, cerró los ojos y se dispuso, una vez más, a alzar el vuelo. A continuar con aquella cabezonería que le caracterizaba. Si después de todo, aún había una mínima posibilidad, no veía el porqué debería parar ahora. Ya no era cuestión de suerte, hacía mucho que vivía dentro de la tormenta.

ÉL ERA LA TORMENTA.

sábado, 18 de julio de 2015

Las piernas rotas

Nos cuesta... empezar... a andar.
Somos... tan... pero... tan... lentos.
Paulatinamente... vemos las... horas pasar.
Tan inexorables... tan... largas.
Todavía hay... esperanza. 
Al final... del día.
A lo... lejos.
Después... de habernos... roto las piernas.

Resiste. 

miércoles, 15 de julio de 2015

El particular olor a nuevo

Son vueltas de reloj. Solemos no darnos cuenta y quedarnos parados en la una o las dos. Creemos que ya no hay forma humana de avanzar el minutero, así que nos quedamos colgando, como si el tiempo se hubiese paralizado, hasta que sin saber muy bien cómo o porqué el tiempo vuelve a funcionar.

Llegan las 3 y las 4 e incluso las 6 y puede que allí volvamos a estancarnos, a frustrarnos al comprobar que no somos dueño de las agujas. 

Entonces, un día, cansados de esperar, empezamos a darle vueltas, hasta que llegan las 11, las 12 y la 1 y el mundo, obligado a enseñarnos otra perspectiva, vuelve a reaccionar.

No puedes quedarte esperando toda la vida a que suceda un milagro, así que hazlo tú.

miércoles, 8 de julio de 2015

Efímero

Es curioso como algo tan importante, algo que cuando lo vivía pensaba que era un sentimiento tan fuerte que nada lo iba a romper, que era algo que solo viviría en ese instante y que debía guardarlo como si se fuese a fundir entre mis dedos...

es curioso el hecho de que cuando tengo que explicarlo en voz alta, resumírselo a alguien, decírmelo a mí mismo para concienciarme, puedo coger todo este tiempo y minimizarlo hasta lo más efímero. 


Es curioso como lo que quieres puede esconderse entre algunos puntos suspensivos, un par de palabras, un gesto torcido.


Es curioso como sigue doliendo.

viernes, 26 de junio de 2015

Los días VIVIDOS

No me lo puedo creer. Aún estoy asimilando la noticia. Algo dentro de mí aún está impactado. Siempre creí que esto era un sueño, que si lo intentaba con todas mis fuerzas algún día podría llegar a suceder y sería la persona que realmente deseaba ser, pero siendo sincero, una parte de mí estaba derrotada, se había dado por vencido, había depositado su última brizna de esperanza en esta oportunidad. Ya no podía dar más de mí, había derramado sangre, sudor y lágrimas. Muchas lágrimas. 

Pero hoy estoy aquí, hoy puedo decir que lo he conseguido. LO HE CONSEGUIDO!! Toda mi vida he estado esperando este momento, el momento en el que podría avanzar, dar un paso hacia adelante, un paso hacía mi futuro, un paso que no se quedaría estancado durante cinco largos años. Años donde he aprendido a vivir, donde he aprendido a no rendirme, a luchar, a no renunciar a mis sueños. Porque eso es lo que me ha mantenido con vida, los sueños que veía todas las noches, todos los días al levantarme, era lo único en lo que pensaba, en llegar ahí. Ahora de repente es como si me hubiese quitado un antifaz y lo viera todo de otra manera, ya está, por fin puedo respirar, por fin puedo reconstruirme, por fin puedo arrancar. 

Nunca había sentido esto, la sensación de haber llegado a mi meta, de haberlo logrado. LOGRADO. LO HE LOGRADO. Son las palabras más bonitas del mundo. Es como si de golpe necesitase plantearme otra meta, llenar todo el espacio que va a dejar atrás el haberlo conseguido. Mi cabeza puede ahora volar, contemplar diferentes perspectivas, puedo soñar incluso más allá de lo que lo hacía y dios.... LAS VISTAS SON PRECIOSAS.

Me habría encantado que hubieses sido lo suficientemente valiente como para llegar aquí, conmigo y poder descubrir todo esto a mi lado. Poder por fin demostrarte mi autenticidad. Todo lo que tengo aún por enseñar. Pero aquí estoy, vivo y eso lo vale todo. 

lunes, 8 de junio de 2015

Hasta aquí hemos llegado

No me puedo creer que haya llegado este día. El mundo se ha parado tantas veces a lo largo de estas semanas y ha vuelto a ponerse en marcha que ya no puedo controlar el tiempo. Mañana podría ser un gran día, de hecho, será un gran día, pero podría haber sido inolvidable. No sé en que estado me encuentro actualmente, creo que en uno donde las pausas se pueden obviar y las palabras se amontonan en mi cabeza, en mi garganta, en mi corazón. 

Hoy podría decir que hace un año estaba aquí, con esperanza. Que hace dos también, incluso tres. Podría decir que siempre reservo la esperanza para unos días especiales, unos días que yo hago que sean especiales, pero que realmente no son más que días cualesquiera, días que podrían resultar perfectamente normales. Hay algo que me gustaría recalcar, algo con lo que quedarme. Después de todo, esa esperanza es la que me mantiene vivo, atado a este mundo, colgando en la tierra. 

Hoy es momento de renacer, es momento de demostrar ,es momento de dejar de sufrir. Hoy las lágrimas se van a terminar, porque la esperanza habrá dejado de esperar. Ahora es turno de actuar. 

Mañana podría ser un día alarmantemente verde y supongo que en parte me va a costar, pero voy a hacer que brillen todos los jodidos colores del mundo.

lunes, 27 de abril de 2015

El corazón encogido

Es difícil quererme, aún más entenderme. A veces se quieren a las cosas que menos entiendes y quizás por eso mismo las quieres, porque aún hay tantas cosas que descubrir, pero las que sabes, las pocas que sabes, valen la pena. 

Luego hay épocas en las que el frío te hiela y acabas siendo aquel pedacito de témpano que decían que eras y nada ni nadie pueda traspasarlo y hacerte regresar. 

¿Cómo llegas hasta ahí, cómo dejas el frío pasar? 

El corazón encogido en algún rincón de toda esa escarcha grita con todas sus fuerzas: me helaría por ti.


miércoles, 15 de abril de 2015

Un día de estos

Algo dentro de mí se ha roto, un poquito. Algo tan débil y tan frágil que a penas sus piezas se mantienen en pie. Se escapa mi vida en los viernes y se despide con la mano levantada, pues ella tampoco logra aguantarme la mirada. ¿Alguien dijo basta? Puede que lo haya imaginado, como todo, como absolutamente todo. 

Parece mentira.

miércoles, 18 de marzo de 2015

Última esperanza

Soy un problema errante. Acabo alejando a las personas que me importan, a mis sueños, a mis propósitos, a lo que realmente vale la pena. Sé que no soy perfecto, sé que debería cambiar y lo intento, día a día, poco a poco, pero me cuesta muchísimo avanzar y darme cuenta de que las cosas que merecen que les dedique tiempo a veces no les presto la atención que necesitarían, a veces no me doy cuenta de lo cruel que puedo llegar a ser, pero porque me hago más daño a mí mismo que a los demás, entonces no se vislumbrar donde está el límite.

No pretendo ser otra persona, pero la persona que soy ahora es una persona en constante cambio, que está aprendiendo, que está creciendo, que se está formando y evolucionando. Hace todo lo que está en sus manos y siente. Mis sentimientos son tan fuertes que a veces se desbordan y no puedo controlarlos. No sé que me deparará mañana, ni la semana que viene, no sé que vendrá el próximo mes, pero lo que sí que tengo claro es que no pienso dejar de luchar por aquello que quiero. Jamás. No me rendiré, no tiraré la toalla, no pienso dejarme caer, nunca más y aunque haya adversidades pretendo darlo todo, dejarme la piel, sangrar, sobrevivir, después de todo, eso es lo único que me importa, sobrevivir y él está dentro de mis planes. No voy a perder algo que me hace tan feliz. No, esta vez no pienso ser tan gilipollas de perder una de las pocas cosas buenas que me hacen sonreír todos los días. NO VOY A RENDIRME.

jueves, 5 de marzo de 2015

Asesinato

Voy a provocar una sangría. Las paredes se cubrirán de rojo y del techo goteará sangre. Voy a arañar los retratos mientras lacero tus tímpanos con mis gritos apagados. Con mis manos te ahogaré, dejaré que tus propios líquidos beban contigo, no morirás placenteramente, pero morirás, porque te mataré, te degollaré, te arrastraré hasta el infierno, no dejaré ni un gramo de tu piel sin untar con fuego. Te voy a quemar vivo, no habrá ni rastro de aquella sonrisa que tantas noches se burla de mí. No mereces ni un ápice de clemencia. No hay justicia en este atolladero. Tus quejas se unirán a la de los muertos, porque tú ya no estás vivo para mí, ya hace demasiado tiempo que has dejado de hacerme feliz. 

jueves, 26 de febrero de 2015

Nunca es suficiente

Oigo esa risa estallar en mi cabeza y me entran ganas de estrangularla y abrirla en canal. No sé como algo tan bonito puede terminar por convertirse en una reverberación del mismo diablo. 
Se me hace insostenible toda esa fachada que muestras sin miedo y sin pudor. Es todo tan hermosamente perfecto que los castillos en el aire empiezan a desfallecer. Es tu año, es tu vida, es tu lugar, es tu valentía que me comprime como si no fuese más que una mota de polvo con grandes intenciones. Me duele el corazón cargado de rebeldía, de ira, de injusticia. Ni siquiera eso consigues, al menos, ni siquiera eso consigues. 

martes, 3 de febrero de 2015

El mar de arena

Las dunas son duras. Son increíblemente altas, parece que nunca vayas a poder sobrepasarlas. Los pies acaban por desfallecer y cada paso que das te entierras más en aquella arena que se te escapa entre los dedos.

Es fácil perderse, pues las imágenes se repiten en bucle y la salida es borrosa. No hay lugar para los débiles o quizás los débiles son quienes han creado este sitio. Puedes intentar huir, pero llegará un momento en el que te des cuenta de que estás encerrado, de que solo puedes dar vueltas. Subes y bajas continuamente, el frío y el calor te someten a una presión constante, tu sentidos te engañan y todo escapa a tu razón. Estás atrapado en un mundo que una vez te salvó. Solo una vez.

sábado, 24 de enero de 2015

La sangre derramada

Alzo el vuelo con la cabeza alta. Todavía puedo saborear la sangre que ahora me recorre por las venas llena de vitalidad. Aquí arriba parezco frágil, el viento en la cara me hace sentir libre. Desde esta posición lo veo todo, os veo a todos. Es mi turno de reaparecer. Soy feroz. Soy salvaje. Estoy  repleto de fuerza. Soy imparable. Soy el rey del cielo. Desde ahora puedo volar cuando quiera.

sábado, 17 de enero de 2015

El poco amor que te quedó

He intentado seguir adelante sin mirar atrás, pero ya me he hartado de pisar cenizas. He encontrado el motivo  de mi inestabilidad. Por fin puedo verlo claro, ahí residen las carencias. Llevan años disparando, desgarrando todo lo que se les interpone por delante. El corazón hace mucho que saltó volando por los aires. He encontrado un par de pastillas que hacen que el dolor se queje un poco menos, pero no estoy seguro hasta cuando aguantaré. O eres tú o soy yo y yo soy valiente. Esa es la primera verdad.

jueves, 15 de enero de 2015

Desatado emocional

Soy como aquellas cartas de antaño que cuando llegaban siempre venían empapadas de lágrimas debido a la distancia.  Como aquella gota que se debate entre si caer o dejarse llevar por el susurro del viento y vivir sin saber que habrá allí abajo que hace que todos se lancen de cabeza. No quiere llover sobre mojado y acabar en un vaso de agua o incluso peor, en un vaso de agua que se cae en el mantel. 

Nunca entenderé como el mundo puede funcionar con personas con tanta carencia. No hay evolución sin trauma, no hay desarrollo sin constancia. No tengo ni la más remota idea del porqué sigo inerte, contemplando todo desde las alturas, rebelde ante las nubes cargadas, sin substancia, sin una versión mejorada de mí. Puede que nunca tuviera otra opción a la de desplomarme.

lunes, 12 de enero de 2015

Quien quisiera ser

Aquí, desde mi cama, el mundo es enorme. Las paredes no dejan entrar a nadie, ni siquiera el viento es capaz de susurrar. Aquí las cosas siempre se van, se alteran y se marchan. Aquí nada perdura, ni el espacio ni el tiempo son dignos adversarios. Se rompen las piezas de mi cuerpo y lo envuelven todo en una espiral de locura y demencia. Me hiero pensando en las personas que no están, que han huido a otro mundo, que no logran regresar. Pruebo a respirar este humo negro que emana de todos los rincones. Compruebo que es absurdo cuando las distancia del suelo y del techo disminuye y yo me quedo acorralado entre la espada y la pared. Nadie va a venir a salvarme, salvo aquel que yo quisiera ser.