Aullidos del fin del mundo

jueves, 26 de febrero de 2015

Nunca es suficiente

Oigo esa risa estallar en mi cabeza y me entran ganas de estrangularla y abrirla en canal. No sé como algo tan bonito puede terminar por convertirse en una reverberación del mismo diablo. 
Se me hace insostenible toda esa fachada que muestras sin miedo y sin pudor. Es todo tan hermosamente perfecto que los castillos en el aire empiezan a desfallecer. Es tu año, es tu vida, es tu lugar, es tu valentía que me comprime como si no fuese más que una mota de polvo con grandes intenciones. Me duele el corazón cargado de rebeldía, de ira, de injusticia. Ni siquiera eso consigues, al menos, ni siquiera eso consigues. 

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