Aullidos del fin del mundo

jueves, 7 de enero de 2016

Los desnudos de septiembre

Duerme sin luces. Desayuna sin ellas. Le gusta vivir en esa oscuridad. Dice que lo prefiere así, porque todo aquello que queda iluminado no merece la pena. Sin luz, su mente se desprende más fácilmente. Puede ir a los lugares que le plazca. Puede saltar. Es como un trampolín. Aunque nunca sabe lo que encontrará allí abajo. Está todo cubierto de ríos grises. Está repleto de metáforas y mentiras. 

Cuando se queda a escasos metros de saltar, allí se deshace de todos los complejos. Se desnuda, se transforma en septiembre. Se catapulta a su propio bucle. Se agrieta. Los ríos se llenan de sangre. Su cabeza se aligera. Su cuerpo se desmonta. Es como un juguete roto. Se divide en miles de piezas. Piezas que no sabe unir, que por sí solas no dicen nada. Deja de emitir. Se desplaza en la corriente, sin pretensiones, tan solo con el deseo de llegar a alguna parte. Un lugar donde deje de doler.

viernes, 1 de enero de 2016

En tu sonrisa, el terror de un asesino

Ellos lo llamaron vida. Yo sólo encontré.... no encontré.
Ya no veo nada. Solo quiero dormir. Solo quiero dejar de suplicar. 
No llevará mucho tiempo. 
No sé porqué se me ha pasado por la cabeza. 
Es enfermizo.
Debería incluso dejar de intentar describirlo con palabras.
Hay una puerta. Yo soy la llave.
Escogí el amor y la perdición. 
Hacedme desaparecer de una puta vez.