Aullidos del fin del mundo

domingo, 24 de diciembre de 2023

Abreviatura universal

 Qué más da que nunca me olvide de todo el daño que me has hecho. Ahora sé quién soy. Qué más da si se va, pues volvemos a empezar. Que mejor no vuelva más. Que se aleje de mi mundo interior. Que me deje respirar. 

Este año he cumplido cosas que creía imposibles. Entre ellas, la de dejar de obligarme a crear listas de cosas que quiero cumplir a largo plazo. El presente me ha inundado. He fluido. He compartido y he explorado mis entrañas. Como guionista, sí, como creador de mundos y fantasía, he tenido que abrirme en canal. Mis ideas, aunque propias, ahora también son de alguien más. Mis palabras me pertenecen, pero también se transforman y evolucionan en el amalgama más bonita que he presenciado. No tengo miedo de mostrar mis colores. No me importan las voces que pretenden detenerme. Me sale solo. Me corre por las venas. He encontrado mi lugar.

He aprendido a bailar solo. Después de tantos días, ahora entiendo que no llorases. Entiendo que nunca me quisiste, ni me escuchaste ni leíste lo que te escribía. Las líneas que te dedicaba no las merecías. Confiésalo, estés donde estés.

Ahora sé quién soy y qué es lo que quiero. Tenía dudas, pero en el amor siempre se tienen. En esto, no. En mi trabajo, no. En mi pasión, no. En mi futuro, no. Aunque me atormenten tus recuerdos, solo pido que no te cruces en mis sueños nunca más. Te quiero arrancar de raíz, hacer que no seas nada para mí. Que no signifiques. Que dejes de cobrar sentido. Si puedo elegir, te convertiré en una bomba de humo. Si el año se termina, tú lo harás con él.

En este mismo día, en el invierno pasado solo veía dos opciones: resistir o morir. Después de la resistencia tampoco es que visualizase mucho más. No me permitía ni siquiera imaginar que había más allá. Creía que era demasiado tarde, que jamás encontraría un día en el que me levantase con ganas de comerme el mundo. Y ahora, después de 365 días, me encuentro radiante. Soy luz que emana de las sombras. Mi oscuridad se tambalea y me habla de madrugada, pero compartimos aficiones y reímos hasta las tantas. No quiero nada físico. No me interesa el dinero. Solo quiero alargar esta sensación toda mi vida. Ser feliz con poco, haciendo lo que me gusta. Creando, construyendo desde el corazón. Quiero hablar con todos aquellos personajes que un día aparecieron en mi cabeza. Tengo tanto que contar. Tengo tanto que hacer.

Con 30, por fin se ha caído mi venda. Las alas de mis tatuajes han vuelto a recuperar su brillo. Y tú, ya no eres tú. Ahora soy yo.

Feliz Navidad.