Aullidos del fin del mundo

viernes, 30 de octubre de 2015

Colisión

Hay que localizar le infección, llegar al foco, encontrar el punto de fuga y armarnos de valor. Hay veces que simplemente no tienes más elección que la de seguir andando y colisionar con todo aquello que venga por delante. Como un detonante que te indica el final de la etapa, un brusco inicio, un momento caótico que hará que todo lo que creíamos saber no sea más que una falsa referencia.  

Debemos eliminar la infección o podría llegar a formar parte de nosotros. Debemos escapar, de nuevo, de un mundo idílico que tan solo existe más allá de imaginación, más allá de la enfermedad. 

Debemos despertar. 

lunes, 26 de octubre de 2015

Las últimas luces de octubre

Dónde se hallarán aquellas decisiones que una vez fueron tomadas y nunca nadie supo como afrontarlas. Donde habita el miedo de ser la otra persona, aquella que languidece en lo más profundo del páramo. Quien compone ese cuerpo, desnutrido y con falta de cariño. Es hermoso y triste a la vez. Es el lugar más cálido en el que alguien haya podido estar. Entre la maleza y la carroña, entre la naturaleza y lo superficial. Allí me escondo. Allí me impregno. Allí volveré a nacer.

lunes, 12 de octubre de 2015

La sal en la vida

Imagina quitarle el agua a un pez, la magia a las brujas, las sonrisas a los payasos, la voz a un cantante, los resultados a los problemas, el pan a los pobres, los hijos a las madres, la arena a la playa, los días a la semana, la paz a la guerra, los sueños a los soñadores.

Imagina obligar a alguien a no poder nunca darle lo que más anhela. 

sábado, 10 de octubre de 2015

Nunca esperé que quien provocó todos los incendios sería también quien los apagó

Lo de ayer no pudo ser. Todo lo que probé navegó conmigo. Fue un encuentro imposible de grandes dimensiones. Así se terminó todo, así llegó la tormenta. 

Recuerdos malheridos que nunca dejan de doler. Son cimientos de otra era, de un tiempo donde tener esperanza le daba sentido a lo que estaba por llegar. Aún recuerdo el olor de la hierba recién cortada, del agua que sonaba impertérrita de fondo y del día haciéndose noche en edificios que rozaban tu mar. 

No es lo mismo, muy a pesar. Allí descubrí el cielo, aquí solo tengo los bocetos. 

¿Serán esos los únicos y verdaderos sentimientos que nunca volveré a tocar? ¿Será todo tan estático hasta que alguna vez me pueda volver a escapar?

jueves, 8 de octubre de 2015

El hambre nunca dejará de callarse

Toca definir las horas, darle cuerda al mundo, regresar al estado primario, sumirnos en un letargo familiar. 

Es normal que me cueste olvidar todos los días. Borrar todas aquellas cosas que me daban la vida. Hubo un tiempo en que todo aquello era irreal. Defectos momentáneos. Efectos pasajeros. Cicatrices que dieron paso a un nuevo misterio.

Si pudiese detener el mundo y pudiese volver a verlo tal y como lo hacía entonces, protestaría hasta darme las gracias. Protestaría hasta darme cuenta de las cosas. Protestaría... hasta recordar los finales.

martes, 6 de octubre de 2015

Canción de amor

Déjame temblar, que tengo derecho a pasar frío. Morirme será divertido y más si tú estás conmigo. Gritar hará del espectáculo una colisión sideral. Yo no te oiré y tú gritarás y gritarás y te arrodillarás en el escenario. Seré la pesadilla que planeará sobre tu cruz. El publico enloquecerá y el sonido cubrirá todas las quejas que, sin pena ni gloria, murmures delante de todos aquellos que aclamen la sangre de la canción. 

En el segundo anterior en que la voz se apague terminaré entrando en tu mundo, con solo una sonrisa marchita y te lo haré entender todo con las palabras. 

Las palabras que te dispararé. 

lunes, 5 de octubre de 2015

Sentirme querido

Perdí la noción después del desfase. El techo era ahora el suelo por donde caminaba. Daba dos pasos y me quedaba paralizado. Quería cortar de tajo aquella ilusión óptica. Bebí un poco de más. Que ironía. Aquel día había nacido artista. Todo eran dibujos de escaleras y laberintos. Me creía el rey de mi pequeño hogar. Era todo tan borroso. Un montón de ilusión que no sabía como canalizar. 

Que miedica, dirían, le da miedo ver las cosas sin las gafas. Negras, tan negras como las cosas que podrían haber terminado aquella noche.