Aullidos del fin del mundo

viernes, 18 de marzo de 2022

Impacto

Parad de gritar. Parad de lanzarme navajas como si fuesen de utilidad. ¿No veis que con cada palabra que me escupís mayor es la caída? No lo veis? No, no veis nada. Y pensaba que era yo el ciego, el que tenía las gafas tintadas y el corazón atormentado.  

Esta presión es insostenible. Mi cuerpo está rodando hacia atrás, como si fuese una gran bola de nieve con la que ya nadie quiere jugar. 

No puedo hablar. Y si hablo, oh, si hablo... soy el malo. Soy quien lo hace todo mal. Soy quien debería mantener la boca cerrada, porque hago daño, constantemente. Ese es mi gran superpoder. Quizás debería echarme a un lado y vuestro mundo florecería aún con mayor intensidad. Dejad de implicaros en una vida que no es la vuestra, dejad de decidir por mí, dejadme en paz. EN PAZ. EN PAAAAAAZ. Solo quiero calma. Solo quiero dejar de tener ansiedad. Solo quiero dejar de cumplir vuestras expectativas. Solo quiero poder comunicarme sin tener que decir aquello que no sale de mí. No soy suficiente. Vale. ¿y qué? Y QUÉ MÁS DA. 

Todo pesa demasiado. Todo me parece infranqueable. No hay salidas por ninguna parte y las dos manos que intentan ayudarme están atadas y sangrando. Tengo que mentirte, tengo que hacerlo para no preocuparte. Tengo que mentirme para no querer morirme otra vez. No sé que hacer. Siento que la ola se me viene encima, pero me da igual. Me da igual el futuro, me da igual lo que esperaban de mí y me da igual un puto papel que cree conocer mis habilidades mentales. Basta, basta de decirme lo que tengo que hacer, basta de juzgarme, basta  de apuntarme con el dedo la dirección adecuada. Basta, basta y basta. No puedo más. Mi cuerpo se hace jirones, mi cabeza ya no tiene donde esconderse y mi pecho ha dejado de latir. Dejadme vivir. Dejadme ser yo mismo. Dejad que pueda caminar, ya no volar, solo caminar. Quiero arrastrarme lejos de aquí, lejos de vosotros y lejos de ti. Quiero sentirme como cuando estoy en la ciudad, perdido, pero libre. 

No puedes entenderlo. Simplemente no puedes. Existo, pero de otro modo. Me habéis convertido en sombra. Me habéis obligado a desaparecer. Y eso no os lo puedo perdonar. Es demasiado, es... demasiado. 

Silencio. Quiero silencio. Quiero no volver a rebobinar. Quiero despertarme lejos de esta casa. Quiero arañar esta jaula hasta abrir el agujero más grande que ha existido. 

Todos me miráis como si supierais que hacer. Todos os creéis mejor. Todos conocéis el camino. Y sin embargo, soy yo quien debe soportar las ganas de acabar con todo. 

No soy violento, pero en mi cabeza os dispararía una bala uno por uno, hasta caer todos. Hasta que os pongáis en mi piel. Hasta que por fin escuchéis mi voz. Siento ser una desgracia, siento ser una pésima persona, siento ser una mancha en vuestro álbum perfecto de fotos. 

Solo quiero que pare. Solo quiero dejar de sentir esta intensidad. Apretar bien fuerte mis entrañas y explotar. ¿Será más tranquilo al otro lado? ¿Habrá algo? ¿Al fin habrá paz?

Recibo el impacto como quien no tiene nada que perder. Duele muchísimo. Duele tanto que por más veces que intente describirlo nadie podrá atravesar este abismo. Es mi dolor. E incluso eso queréis arrebatarme. 

Os odio.