Aullidos del fin del mundo

sábado, 28 de enero de 2017

Que mi corazón me sirva de guía

El día se ha acabado y termino aquí, como mi último lugar seguro. Puedo ver la oscuridad sin cerrar los ojos mientras mi corazón se aleja de todas las puertas abiertas. Me siento confundido, no sé cómo resolver este acertijo. 

Intento descifrar cuales son los aspectos de la vida que quiero rescatar, pues me encuentro tan perdido que todo me parece un instrumento del manual de algún libro de supervivencia que no se atrevieron a publicar. Lo desconocido o yo. Me siento más  irreconocible que nunca. 

Ya me enfrenté a la soledad, al deber, a la distancia, al amor, al esfuerzo y a la sangre. No quiero más batallas, pero el tiempo no piensa como yo. 

La realidad blande su espada. Me cuesta respirar. Me despierto exhausto. Mi corazón, mi espada. 

No hay nada más espectacular que ver a alguien luchar por lo que más quiere con toda su alma como su arma más preciada. 

jueves, 26 de enero de 2017

Justipreciar

Hay ciertas cosas que son de nuestra propiedad. Por derecho, nos pertenecen. Cosas tan banales como una camisa o un reloj y otras, que sin recaer muchas veces, son tan importantes que deberíamos alzar la voz por ellas.

Nuestra opinión nos hace ser quien somos. No nos la dejemos engullir por aquellos que no saben valorar. Si has creado algo, aunque nadie lo aprecie, cobra la importancia de ser algo único, tuyo. 

Valemos más que el fracaso que nos atribuyen. 

miércoles, 18 de enero de 2017

Confesiones y revoluciones

Ves algo que nadie más ve, pero no te creen. Lo tienes presente, como un recordatorio constante de que hay otro camino en el que podrías detenerte.
El día se ha terminado y tan solo el silbido de las ramas apuntan hacia aquel destino incierto. ¿Deberías...
... perderte?

Es como la voz interior que no para de gritar, de decirte que tú perteneces a otro lugar. Nadie te obliga a escucharla, pero es tan difícil de ignorar. Sabes que está ahí, ¿cómo puedes no hacer caso a lo más íntimo de ti?

Te gustaría aceptar y continuar la rutina, pero dentro hierve una energía innata, un torrente que ni el fuego puede apagar.

Una vez lo has encontrado, no puedes darle la espalda. Dale una oportunidad, pues te puede brindar todo el aliento que te habían robado. Sabes que tu corazón se alegra cuando estás cerca, cuando notas esa sensación de unión, de que el mundo también está hecho para ti. 

Es inevitable caer y dudar. Todo lo que te producen apenas un par de palabras, una imagen borrosa y una voz casi imperceptible hace que te estremezcas y pienses que tu único error ha sido el de no desafiarte antes.

"Sé lo que necesites ser"


viernes, 13 de enero de 2017

Dónde brillan las malditas estrellas

Me falta el aire. Me da miedo absolutamente todo. No puedo avanzar sin retroceder. El miedo me frena, me llena el alma de incertidumbre y me susurra que no puedo hacerlo.

Se me escapa el aire cuando intento bloquearlo pero no sé hablar de nada más. Tengo esa sensación en el cuerpo a todas horas. La parálisis no me deja moverme, solo quiero huir lejos de todo y cerrar los ojos hasta más ver.

Me digo a mí mismo que he crecido más de la cuenta y que el tiempo ya no tiene lugar para mí. Me comparo constantemente y cuanto más sueño, más lejos me parece.

El miedo no me deja vivir, no me deja pensar, no me deja ser esa parte de mí que quiero descubrir al mundo.

Enfrentarme no es suficiente puesto que siempre se vuelve a hacer de noche, incluso a las 9 de la mañana. 

Solo quiero saber cómo brillar, como lo hacen las estrellas en las noches más lúgubres, aunque estén muertas hace miles de años.

jueves, 12 de enero de 2017

Inténtalo un poco más fuerte

Ser otra persona te cambia la percepción del mundo. 
Cuando la piel es de otro o el color es distinto, la sonrisa apagada termina por conquistar. 
Estar ahí, ver con tus ojos a través de una realidad mejorada es alucinante. Siempre ha estado ahí, pero no está abierto a todo el público, no todos entran en la élite de la belleza. 
Definitivamente estamos llenos de prejuicios. 

Descubrir realmente que eres oro, pero solo reluces si tus ojos también brillan es bastante deprimente. No puedes ser mediocre, no puedes mostrar quien eres realmente porque si no dejarán de ver la pintura y terminarán por estropear el cuadro, todo él. .

Recipientes muertos y trajes, muchos trajes. 

Quiero verme tal y como me han visto el resto estando en la cima. Destacar lo que se oculta en ese abrigo de carne. Olvidar de decorar un árbol que ya pasó su Navidad. 

Desde ese punto todo deslumbra. La mejor versión de ti mismo es la que proyectas y lo mejor de todo es que además disfrutas con el conjunto que has creado. Uno, que por desgracia, no es más que un reflejo de una sociedad malcriada. Nuestras manos están hechas de arcilla.

Malditos espejos.