Aullidos del fin del mundo

lunes, 8 de abril de 2013

En el pasado está el futuro

Puede que durante todo este tiempo solo me dedique a pensar en que haré en un futuro, en sí saldrá bien, en si estoy haciendo todo lo posible para llevar a cabo tal propósito. Todos los esfuerzos siguen el mismo camino y el miedo es constante. Quizás le esté dando demasiada importancia a un hecho que tarde o temprano llegará. Seguramente me encuentre con más preguntas y muy pocas respuestas hasta que eso al fin suceda y cuando lo haga probablemente me falte algo más, no esté del todo satisfecho o mi meta se habrá alargado un par de años más por razones que todavía desconozco.

Lo más inteligente sería disfrutar de lo que tengo ahora, de cada momento, de cada situación, sin importar nada más que lo que está a unos metros de mí. Hace demasiado que pienso que el futuro es mi mayor problema. ¿Cómo pretendo llegar a descubrir quién soy si lo único que tengo en mente es descartar todos los días para que el calendario anual desaparezca y por fin llegue la fecha deseada? Una fecha que va cambiando constantemente y que nunca sé seguro en que día del mes cae. Me preocupa preocuparme demasiado, pero es irremediable. 

Creo que me he perdido por el camino y que debo hacer algo para remediarlo. Hay mucho en mí por explotar. Echo de menos expandirme. Siento que me estoy quedando atrás y que aunque avance, algo estoy haciendo mal. 

Voy haciendo, un poco de allí y un poco de allá, pero no es suficiente. La felicidad nunca es correcta. Hay que abarcar. Abarcar ahora. Ahora. AHORA.