Aullidos del fin del mundo

miércoles, 15 de febrero de 2017

Oblivion

Hoy he visto diferencias. Por un momento he vuelto a sentirme fuera de lugar, pero pronto me he aferrado a la idea de que todo aquello que nos separa de la igualdad no es más que una manera de unirnos. 

Ha sido como un gran desfile. El sentimiento de formar parte de un todo, la manera en la que sin ti el puzzle no podría exhibirse. Ahí estás, como una pieza más, que quizás pasa desapercibida, pero que hace de mediador con el resto.

Sé que no debo quedarme quieto demasiado tiempo en un mismo sitio, que tarde o temprano las aves volarán y será muy difícil encontrar una ruta donde coincidir, pero aquí estamos, de momento, preparando las alas, cuidándolas.

Hoy he visto diferencias y me he asustado. He vuelto a la realidad y me he sentido tan yo como hace algunos meses. Un yo que enterré, a medias. De ese miedo salen risas enlatadas y conversaciones que derivan en estática. Me he caído por unos instantes hasta que he conseguido vislumbrar las palabras que una vez me salvaron la vida: solo hay dos sentimientos en este mundo, el miedo y el amor, todo se puede resumir a eso. 
Así que si me muero de miedo tan solo debo pensar en algo que quiera mucho, algo como... como lo que estamos atesorando. 


jueves, 9 de febrero de 2017

Buenas noches y hasta mañana

Eres un privilegiado y aún no lo sabes. De hecho, nunca te has preocupado por valorar lo que tienes y sí por conseguir con vehemencia todo aquello que termina cayendo con el paso de los años.
Dentro de ti anidan telarañas. Hay huecos, pequeños vacíos ilustrados con la cara de muchos niños riéndose, no sabes muy bien de qué o de quién. Quizás eres uno de ellos o quizás solo es un recuerdo maldito de lo que pudiste ser pero no fue. 

Tú que ahora caminas por la fragilidad te das cuenta de que no se puede empujar al viento, de que hay cosas que siguen su curso y están expuestas por una fuerza más allá de lo que podrías controlar. Te ves como una hormiga desde la luna pidiendo auxilio porque está a punto de agotarse todo el oxígeno; y todos sabemos lo que sigue a eso. 

Tienes suerte de poder abrazar a alguien. De aferrarte a ese abrazo, a un cuerpo caliente, con corazón, con tripas, con la arrogancia visceral que solo caracteriza a un humano que no se rinde. A tu amigo, a tu madre, a un ser despierto que duerme mejor gracias a ti. 

Quien sabe si al final, si es que hay un final, serás la imagen que le arrope, que le brinde luz o que se lleve para siempre. 

Tan solo pido que nadie se duerma eternamente.

martes, 7 de febrero de 2017

Sin paraguas

No hay nada mejor que continuar aquello que una vez dejaste a medias y entregarse al placer de reanudar la carrera que se te negó correr, que te negaste a ganar. 

Te dejas llevar por la sutileza de las horas que se comen entre ellas mientras la lluvia llega con botas de plomo y se impone en un hogar que no le corresponde, pero que es suyo por decoro. 

Allí me veo reflejado, en los montones de gotas que caen y desaparecen entre los suyos, como si de los granos de un reloj de arena se tratase.

Pero febrero es diferente, este febrero es diferente. Mojarse es más una orden que una opción.