Aullidos del fin del mundo

martes, 7 de febrero de 2017

Sin paraguas

No hay nada mejor que continuar aquello que una vez dejaste a medias y entregarse al placer de reanudar la carrera que se te negó correr, que te negaste a ganar. 

Te dejas llevar por la sutileza de las horas que se comen entre ellas mientras la lluvia llega con botas de plomo y se impone en un hogar que no le corresponde, pero que es suyo por decoro. 

Allí me veo reflejado, en los montones de gotas que caen y desaparecen entre los suyos, como si de los granos de un reloj de arena se tratase.

Pero febrero es diferente, este febrero es diferente. Mojarse es más una orden que una opción. 

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