Aullidos del fin del mundo

martes, 31 de marzo de 2020

Confinamiento antes de abril

Antes de perder el último aliento no olvidaré aquello que aprendí en las calles, cuando aún había alguien, cuando esta primavera anticipada se tornó en un invierno más largo de lo normal. Me faltan muchos detalles por concretar, me falta el color que no sé recuperar. Estoy a las puertas de algo que me supera, que nos supera a todos. Volver a este lugar, después de haber haber hecho tantos progresos solo me entristece más, me desespera y me hace desconectar.

Antes de cerrar las puertas me sentí ultrajado. Volví a sentir que daba igual las veces que lo intentase, lo mucho que lo sintiese y lo mucho que me implicase, que al final me volvería a quedar estancado en el medio, en mi lugar preferido, en ese espacio-tiempo donde todo ocurre y nada lo hace a la vez. Quería huir del gris, de verdad, dejar que los vacíos no pudiesen ocupar los instantes, pero mi interés genuino no fue suficiente. 

Ahora echo de menos la libertad de poder decidir, de ver todo esto como un juego. Ahora me pregunto si no hay más remedio que seguir a pedazos, privados de abrazos y caricias. Después de volver a esta realidad donde el mundo me susurra que nunca voy a ver más allá de los principios, no sé si el resto del mundo estará igual, y si lo están... yo ya no puedo soportarlos más. 

La única libertad que tengo es la de contar los pasos que me quedan para poder terminar y con una pizca de suerte dejar de ahogarme en este mar, ¿lo entiendes?