Aullidos del fin del mundo
sábado, 24 de enero de 2015
La sangre derramada
Alzo el vuelo con la cabeza alta. Todavía puedo saborear la sangre que ahora me recorre por las venas llena de vitalidad. Aquí arriba parezco frágil, el viento en la cara me hace sentir libre. Desde esta posición lo veo todo, os veo a todos. Es mi turno de reaparecer. Soy feroz. Soy salvaje. Estoy repleto de fuerza. Soy imparable. Soy el rey del cielo. Desde ahora puedo volar cuando quiera.
Etiquetas:
El camino a escoger,
fuego de dragón,
Huida por las calles,
Inmensidad,
Las alas que me han crecido,
Lo bello y lo bestia,
Periodo de rotación
sábado, 17 de enero de 2015
El poco amor que te quedó
He intentado seguir adelante sin mirar atrás, pero ya me he hartado de pisar cenizas. He encontrado el motivo de mi inestabilidad. Por fin puedo verlo claro, ahí residen las carencias. Llevan años disparando, desgarrando todo lo que se les interpone por delante. El corazón hace mucho que saltó volando por los aires. He encontrado un par de pastillas que hacen que el dolor se queje un poco menos, pero no estoy seguro hasta cuando aguantaré. O eres tú o soy yo y yo soy valiente. Esa es la primera verdad.
Etiquetas:
Cuerpos vacíos,
Inconformismo tras la muerte del día,
Inocencia catastrófica,
La oscuridad se va a acabar,
Qué será lo que va mal,
Verdad envenenada
jueves, 15 de enero de 2015
Desatado emocional
Soy como aquellas cartas de antaño que cuando llegaban siempre venían empapadas de lágrimas debido a la distancia. Como aquella gota que se debate entre si caer o dejarse llevar por el susurro del viento y vivir sin saber que habrá allí abajo que hace que todos se lancen de cabeza. No quiere llover sobre mojado y acabar en un vaso de agua o incluso peor, en un vaso de agua que se cae en el mantel.
Nunca entenderé como el mundo puede funcionar con personas con tanta carencia. No hay evolución sin trauma, no hay desarrollo sin constancia. No tengo ni la más remota idea del porqué sigo inerte, contemplando todo desde las alturas, rebelde ante las nubes cargadas, sin substancia, sin una versión mejorada de mí. Puede que nunca tuviera otra opción a la de desplomarme.
Nunca entenderé como el mundo puede funcionar con personas con tanta carencia. No hay evolución sin trauma, no hay desarrollo sin constancia. No tengo ni la más remota idea del porqué sigo inerte, contemplando todo desde las alturas, rebelde ante las nubes cargadas, sin substancia, sin una versión mejorada de mí. Puede que nunca tuviera otra opción a la de desplomarme.
lunes, 12 de enero de 2015
Quien quisiera ser
Aquí, desde mi cama, el mundo es enorme. Las paredes no dejan entrar a nadie, ni siquiera el viento es capaz de susurrar. Aquí las cosas siempre se van, se alteran y se marchan. Aquí nada perdura, ni el espacio ni el tiempo son dignos adversarios. Se rompen las piezas de mi cuerpo y lo envuelven todo en una espiral de locura y demencia. Me hiero pensando en las personas que no están, que han huido a otro mundo, que no logran regresar. Pruebo a respirar este humo negro que emana de todos los rincones. Compruebo que es absurdo cuando las distancia del suelo y del techo disminuye y yo me quedo acorralado entre la espada y la pared. Nadie va a venir a salvarme, salvo aquel que yo quisiera ser.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)