Aullidos del fin del mundo

jueves, 15 de enero de 2015

Desatado emocional

Soy como aquellas cartas de antaño que cuando llegaban siempre venían empapadas de lágrimas debido a la distancia.  Como aquella gota que se debate entre si caer o dejarse llevar por el susurro del viento y vivir sin saber que habrá allí abajo que hace que todos se lancen de cabeza. No quiere llover sobre mojado y acabar en un vaso de agua o incluso peor, en un vaso de agua que se cae en el mantel. 

Nunca entenderé como el mundo puede funcionar con personas con tanta carencia. No hay evolución sin trauma, no hay desarrollo sin constancia. No tengo ni la más remota idea del porqué sigo inerte, contemplando todo desde las alturas, rebelde ante las nubes cargadas, sin substancia, sin una versión mejorada de mí. Puede que nunca tuviera otra opción a la de desplomarme.

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