Aullidos del fin del mundo

miércoles, 15 de julio de 2015

El particular olor a nuevo

Son vueltas de reloj. Solemos no darnos cuenta y quedarnos parados en la una o las dos. Creemos que ya no hay forma humana de avanzar el minutero, así que nos quedamos colgando, como si el tiempo se hubiese paralizado, hasta que sin saber muy bien cómo o porqué el tiempo vuelve a funcionar.

Llegan las 3 y las 4 e incluso las 6 y puede que allí volvamos a estancarnos, a frustrarnos al comprobar que no somos dueño de las agujas. 

Entonces, un día, cansados de esperar, empezamos a darle vueltas, hasta que llegan las 11, las 12 y la 1 y el mundo, obligado a enseñarnos otra perspectiva, vuelve a reaccionar.

No puedes quedarte esperando toda la vida a que suceda un milagro, así que hazlo tú.

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