Aullidos del fin del mundo

sábado, 31 de agosto de 2019

Los últimos días de verano

Con un corazón alerta, debo ir con cuidado. Todo parece a punto de estallar. Es como si cualquier cosa que tocase empezase a arder de inmediato. Supongo que es el precio a pagar cuando estás dispuesto a salir de este refugio, que no te deja ir así como así. Él mismo se encarga de asegurarse que no puedas tomar esa decisión por tu propia cuenta. Tú no eres el depredador, lo es él. Pero deséame suerte, porque voy a mudarme, voy a arrancar los últimos días de verano y voy a entrar en el ojo del huracán. Creo que todavía no soy del todo consciente respecto a todo lo que eso conlleva. Supongo que he estado durmiendo más tiempo de lo que alguien debería. Nadie me ha informado sobre cómo hacerlo ni tampoco tengo la seguridad de salir ileso, pero procuraré ir con cuidado, intentaré levantarme más veces de las que me caigo. 

Hay un ambiente enrarecido, como si supiese que algo debe cambiar, que algo lo está haciendo de verdad. Me envía señales de todas aquellas cosas buenas que sucederán si logro nadar más rápido que todos esos cocodrilos, pero es imposible ir en contra de la naturaleza, ¿verdad? Es imposible ser más rápido que un animal, pero no me importa. No me importa lo que digan, no me importa las palabras que puedan llegar a intoxicar este futuro que debe cumplirse. Aquí y ahora yo soy quien debe enseñar las fauces, aquí y ahora soy yo quien debe demostrar que hasta el último minuto no voy a rendirme. 

Hay ciertas cosas que nunca se me han dado bien, pero sobre huir soy un experto. Así que esta vez huiré hacia delante. Voy a comerme el miedo, voy a vencerlo. 

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