Aullidos del fin del mundo

martes, 20 de agosto de 2019

Guía para convertirse en el monstruo que un día tú juraste destruir

Devuelve la luz de todas las estrellas para que puedan iluminarme en la oscuridad o deja que me apague y me consuma poco a poco.
Qué facilidad la de bloquearme de tu vida, la de ser un rostro en blanco. Claro que eso sí puedes hacerlo, que eso se te da bien. Claro que antes que dar la cara la mejor opción es huir y hacer ver como que nunca ha sucedido nada. Te has convertido en un cuadro en blanco en mitad de mi habitación. Quizás el único que no lo entiende eres tú, porque no te quieres esforzar, porque no puedes ponerte en mi lugar, porque tu egoísmo y tus mentiras solo buscan hacer daño. Solo quería protegerte, solo quería sonreír a tu lado. Ahora hace frío. ¿Se supone que soy yo quién debe sentirlo? Eso es injusto, sabes que es injusto. Estas lágrimas no se merecen ni tocar el suelo. No ha habido conflicto, ni batalla, no ha habido nada así antes. Es como pasar del cero al cien. Es como si de un solo puñetazo me hubieses dejado K.O. Es como si en realidad todo esto no haya sido más que un absurdo juego en el que te has cansado y en el que te ha dado miedo arriesgar. 
No puedo perder otra vida. Ahora que es cuando más te necesito, cuando más necesito aferrarme a tus brazos, me sueltas como si fuese una piedra a la que le gusta saltar de pozo en pozo. 
Ni un respiro, no me has dado ni uno. Lees esto, has leído esto todos estos días y aún así no has tenido la decencia de ser un hombre y aparecer. Creo que eso debería demostrarme que clase de persona eres. Está claro que no mereces mi amor. Espero que dentro de unos meses solo seas alguien más en la lista de personas que  me empujaron al abismo, que solo seas un nombre que me haga temblar, como si se tratase de una pequeña ráfaga de viento. Un pequeño temblor y todo a la normalidad. Hay tantas cosas que podrías haber hecho bien, tantas cosas que podrías haber cambiado para que el final no fuese brusco y doloroso, pero supongo que solo querías ganar tú. Era demasiado pedir confiar en la persona que se supone que es justamente en la que más deberías confiar. No te importa haber creado algo y minutos después haberlo destruido. Eres como un niño con sus legos. Una montaña de piezas que no se aguantan. Eso es lo que has construido. Esa es tu madurez. Supongo que eso es todo lo que me llevo. Eso es todo lo que quieres que recuerde de ti. Quieres que te odie, porque cuando te quiero no lo soportas, te asustas pequeño animal escurridizo. 
Espero que algún día eches la vista atrás y veas lo que has causado, que veas que te equivocaste y que asumas las consecuencias. Espero que mi dolor aflore en tu pecho alguna vez, que sientas lo que estoy sintiendo yo. Solo entonces creo que entenderás que no se puede ir así por la vida, que no se puede hacer daño deliberadamente, que no se puede huir con el rabo entre las piernas. 

Merecía que me tratases mejor. Merezco algo mejor que esta mierda de final. Siento quererte más de lo que te odio, pero no te preocupes, cambiará, porque no hay monstruo más horrible que aquel que una vez juraste destruir y en el cual te has convertido. Yo al menos hoy dormiré en paz. 

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