Aullidos del fin del mundo

martes, 13 de agosto de 2019

No puedes

Canté para obstruir el ruido, no para bailar. Canté para ahuyentar el miedo, no para retenerlo. Canté para sentir esperanza, para escuchar otra voz. Canté sobretodo para ti, para que pudieses dormir, para que nada te asustase, para que supieses que estoy aquí.

Ahora siento que canto solo, como el triste capitán de un barco que lleva meses navegando a la deriva. Siento que ni siquiera el eco me responde, que las únicas voces que puedo escuchar son aquellas del mar que me avisan de que la tormenta está por llegar. Debería haber estado más centrado en las señales para así no llegar al sitio equivocado,  para así no me sumergirme entero hasta el abismo de los tiburones. 

Lo merezco por tonto. Lo merezco por ignorar la verdad. No hay más supervivientes que los que estamos flotando encima de este trozo de madera. No hay más humillación que la de saber que la meta que marqué al principio es la única fecha que aún significa algo, que aún debo pagar. 


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