Aullidos del fin del mundo

jueves, 13 de junio de 2019

Mi primera noche de verano

¿Cómo puedo conocer a alguien que no se deja conocer?
¿Hay alguien más ahí? Echo de menos el poder hablar sin interrupciones, de corazón y con el cuerpo pendiente de otras ráfagas. A estas horas el miedo no me deja ni respirar. 
Mi lucha es dejar de imaginarme que todo lo que me rodea debe lucharse. 

Si te preocupas deberías buscar una excusa mejor para poder abrazarme, un abrazo de verdad. Hace tanto tiempo que he dejado de preocuparme por los temas trascendentales que ya no sé corregir aquello que me hace infeliz. Una distancia prudencial deja de serlo cuando has cruzado puertas que nunca deberían haberse abierto. 
Los monstruos siguen en tu cabeza mientras yo pretendo desviar la atención, pero estar ausente suele ser mi actitud. 
No espero que lo entiendas. Somos muchos y sentimos muy pocos. ¿A dónde voy, a dónde me llevas? Cualquier sitio será mejor que una noche más espiando a la luna y a sus estrellas. 
Vuelve a haber una guerra civil, pero esta vez  no hay nadie que pueda salvarme. No hay nadie que pueda convencerme de que esta será la última vez que me vaya a dormir. 

Estamos tan obsesionados con la perfección que hemos dejado de lado todo el valor de arriesgarse. De comenzar de nuevo, sin miedos, sin segundas partes. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario