Aullidos del fin del mundo

viernes, 21 de junio de 2019

Antártida

Tal vez has pensado en renunciar. Yo lo he hecho. Casi me rindo, hoy casi lo hago. He visto como el desvío daba media vuelta y asumía el duelo. Me he hecho daño mientras encontraba una forma de subir, una señal, un símbolo que me transmitiera tranquilidad. Hoy casi me caigo de espaldas, casi me rompo en mitad del tren mientras sus vidas proseguían. 

Manifiéstate, dame esperanzas. Hoy quiero dormir abrazado. Hoy necesito esconder la cabeza y que el ruido del mundo se apague. Necesito retomar el control. Creer.
Me invade la tristeza como si fuese un virus que me infecta desde dentro. He perdido toda la fe. Había empezado a construir una casa tan bonita... solo intentaba empezar de cero, hacerlo bien, pero los contratiempos se abalanzan como hienas hambrientas. Me siento despedazado en el bosque, con frío y un temblor que no se va, que se convierte en mi pulso. 
He vuelto al silencio. Aquí arriba todo parece muy pequeño. Creía que en las montañas el agua no llegaría, pero es aquí donde nace. 
Me gustaría perdonarme. Darme una oportunidad, decirme que no es el final, que después de todo final siempre hay otra historia, una que no se cuenta en los libros. 

El verano ha llegado y solo quiero que deshaga el hielo, que me libre de esta Antártida, que cuando termine sea capaz de sonreír y decir en voz alta que no voy a renunciar, que esto me hace más fuerte, que seré un vencedor invisible. 

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