Aullidos del fin del mundo

sábado, 15 de junio de 2019

Días malditos

El mundo se está acabando ahí fuera. Déjame que te proteja de lo que te pueda pasar. Deja eso que estás haciendo para mañana. Los ecos me imploran que te cuide, que no deje que te pase nada malo. No quiero verte sufrir, no quiero verte herido. 

Soy un chico triste. Soy bueno en sentirme mal. Soy malo en hacer las cosas bien. No sé como alguien como yo podría arropar a alguien como tú. Me pregunto como se aprende a reconocerse en el espejo, como puedo quererme y como puedo acertar cuando voy tan errado. Se me da bien estar roto. Se me da bien recoger los pedazos, intentarlos arreglar. Pero sigo siendo un chico triste la mayor parte del tiempo. ¿A caso no soy nada más?

Siempre te espero. Me llena de alegría verte aparecer para justo después tener que volverte a despedir. Vives eternamente en esas noches de espejismos. Te conviertes en una de las criaturas nocturnas, en un ser que que me atrapa hasta las cuatro de la madrugada. Entonces aparecen las malas decisiones, aparecen las olas que me embisten y me hacen retroceder. El mar se vuelve bravío y todos esos pedazos que debía juntar estallan en millones de fragmentos. Me rompo más. Me rompo en mi ruptura. Me haces dividirme en mis días malditos cuando yo solo quiero sumar dos más dos. Yo solo quiero juntar las piezas, sentirme completo. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario