Aullidos del fin del mundo

lunes, 4 de junio de 2012

Insuflas vida

Podemos estar perdidos, desorientados o abandonados. Estar llenos de heridas que no cicatrizan nunca. Podemos no saber que dirección tomar y dudar de que la que escojamos pueda llegar a ser un error o un acierto. Podemos sentirnos solos en medio de mucha gente o sentir que falta alguien que nos complemente. Podemos suspirar por un futuro que no será como lo imaginábamos en nuestras cabezas. Podemos hundirnos y no ser conscientes de lo que nos pasa. Podemos exagerar los problemas, maldecir al mundo y querer comérnoslo. Podemos chocarnos contra las paredes, perforarlas o tirarlas a bajo de una patada. Podemos creernos diminutos, distintos, extraños. Podemos aparentar ser duros por fuera y tiritar cada vez que nos quedamos a solas. Podemos tragarnos el orgullo, escupirlo o esgrimirlo. Podemos odiarnos, odiarlos, o odiar al mundo. Podemos aceptar las críticas, desmoronaros o salir adelante. Podemos estar tristes y apagados. Podemos hacer que nos duela todo tanto, que cuando alguien nos mira de esa manera, nos sonríe y nos abraza, cuando eso pasa; podemos acobardarnos, desconfiar y seguir sintiéndonos extraviados, pero también podemos levantarnos un día más. Podemos recuperar nuestra fortaleza. Podemos lograr sonreír, incluso rotos. Podemos seguir teniendo un motivo. Siempre hay un motivo por el que poder.

Porque el mañana siempre es la respuesta que estamos esperando.

1 comentario:

  1. La culpa es de esos días que nos hacen levantarnos con otro gesto en la cara. A veces intentamos negarlo y otras veces no somos capaces de ignorarlo y acabamos pagando nuestro mal humor con los más cercanos. Y al final acabas por descubrir que los días grises vuelven a tener color y que sonreír es más bien un privilegio.

    ResponderEliminar