Cuando todo eráis, cuando volábamos alrededor. Cuando los días de sol eran días en los que no había sol, y vosotros os creíais el astro rey. Fue escuchando tras la puerta que fui testigo de que yo ya no era parte de ese rompecabezas. Y fuisteis vosotros quien me catapultasteis a una cima sin cimientos en las que el viento era el rey. Y yo sin corona, gobernando un reino de sueños ficticios.
Porque no creíais en los sueños. En mis sueños. Ni en los vuestros. Porque todo lo que había, quedaba vedado a las puertas del feudo. Siempre era casi y en nada se quedaba. Y en nada tuve que construir.
No hagáis ahora que os recuerde como los fantasmas del castillo sin dueño.
En realidad, la "nada" es una nueva oportunidad. Aprovéchala!
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