Aullidos del fin del mundo

domingo, 27 de mayo de 2012

Es un acto de riesgo

el perderse aquello que en realidad se anhela. El darse por vencido. Encapricharse sin aventurarse. Abandonar ahora, cuando el ruido es mayor.
Somos trenes. No nos precipitemos. No dejemos pasajeros sin subir. Porque eso es algo que me preocupa. Que de todos los pasajeros, realmente, no haya ninguno duradero. Y quizás ese sea el motivo más grande para arrancar de una vez.


No sé si estoy preparado, pero sí sé que estoy dispuesto.

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