Aullidos del fin del mundo

jueves, 3 de agosto de 2017

La verdad sobre los días grises

Perdóname si voy despacio, estoy agotado de tanto caminar. A veces desearía que hubiese alguien que me acompañase al andar, alguien en quien poder confiar. 

El tiempo se derrite en esta estación. Es un lugar de paso, inhóspito. Todos mis males me aconsejan que deje de pensar, que me levante y que siga con las despedidas.

Es duro acostumbrarse a lo que no pudo ser. No siempre somos quien queremos ser.
Quedan tan lejos todas aquellas escenas, todos esos vuelos sin rumbo, sin un aeropuerto en el que poder aterrizar. 

Es tentador asomarse al vacío. Si volviese atrás no dudaría en saltar. Sin paracaídas. Sin pensar en las consecuencias. 

Hoy me enfurezco con motivos porque nadie acudió al rescate. Me he vuelto escéptico. Hace mucho que dejé de creer que podía alimentarme tan solo de recuerdos y de fantasías. 

Si tuviese la certeza de haber elegido bien estoy convencido de que seguiría maldiciéndote hasta el fin de mis días. 



No hay comentarios:

Publicar un comentario