Aullidos del fin del mundo

jueves, 24 de agosto de 2017

Al borde de la extinción

De que nos sirve saber si perdemos todo rastro de humanidad. Terminaremos siendo máquinas conquistando un mundo sin vida. 

Estoy buscando un lugar donde parar. Un lugar sin violencia, donde pueda recuperarme de las heridas. La noche parece saber guarecerme de la luz que me quema. Puedo contemplar tantas estrellas ahí arriba que mi mano se abalanza sin pensarlo a robar una de ellas. Mi mente despega como un cohete y se lleva a mi corazón de viaje espacial. 
Hay tanto silencio, hay tanta paz. Podría morir aquí y no me enteraría. Sería capaz de dejar al cuerpo atrás y flotar. Nadie me encontraría. Nadie.

Si tan solo sintiese algo podría dejar de perderme. Podría dejar de pellizcarme el brazo cada vez que le contesto a mi fantasma. Sabría diferenciar entre lo correcto y lo prioritario. Un mal día me daría la razón para continuar. Si suceden cosas malas también sucederán de buenas. 

¿Quién si no lo más primitivo, lo más visceral de mí, podría salvarme de la extinción?

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