Aullidos del fin del mundo

sábado, 18 de junio de 2016

No tiene pérdida

Desearía ser especial. Tener el control de mis emociones. Saber que es lo que es lo que la gente piensa de mí. Poder actuar de la manera correcta. No fallar cuando estoy apuntando al centro de la diana. 

Desearía parar el tiempo. Fijarme en los detalles de las personas, como cuando están a punto de reír y las mejillas se tiñen de un color cálido o cuando tienen esa mirada fiera de estar convencidos que nadie los va a detener. Me gustaría estar justo ahí delante cuando alguien decide que no se va a rendir, me gustaría que me alentase, que me diese esa energía que desprende de su cuerpo, esa vibración de invulnerabilidad.

Desearía ser famoso por un día. Darme a conocer, que la gente me admirase por alguna de mis virtudes. Me gustaría destacar en algo, ser recordado por el mundo. Me haría mucha ilusión que alguien le pusiese mi nombre a su hijo porque le recordase a mí, a esa gran persona que dejó su huella. Sería un regalo que no me olvidasen.

Desearía permanecer. 
Desearía saber empezar de cero, pero no solo eso, si no que desearía saber como continuar a uno y a dos y a tres...

Desearía permanecer avanzando. Desearía no parar. Desearía no ser un incorpóreo. 

Deseo dejar de luchar contra el mundo. Perdonar. Perdonarle. Perdonarnos. Perdonarme. Perdón. 


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