Aullidos del fin del mundo

lunes, 4 de noviembre de 2019

El descenso

Es como adentrarse en lo desconocido, es casi como si tuviera que aprender a respirar, como si no fuese algo innato en mi cuerpo. 
Desearía tanto poder sentirme orgulloso de algo, poder pensar en positivo y sentir que el momento me concede una tregua. Desearía tanto dejarlo ir, deshacerme de todos estos años, deshacer el cúmulo de historias perdidas y tristes. Cuando me imagino superando esto no puedo evitar que se me escape una sonrisa. Es casi como si pudiese construir una imagen de lo que sería este mundo sin tanto hielo, sin esta ciénaga que me arrastra cada día un poco más. 

Es tan inocente que aún recuerda. Se pasa el día recordando noches que decían ser especiales. Le gusta tararearme canciones que llevan mucho tiempo cogiendo polvo. Le gusta cerrarme los ojos y taparme hasta que no note ni pizca de frío. Sé que me cuida, a su manera, pero solo me aleja más y más de poder despertar. 

No soporto más toda esta atmósfera. Sigo sintiendo esa prisión que me impide respirar. Es como si todos los días amaneciese de noche, como si mi cabeza hubiese invertido los horarios, como si no quisiera volver a ver la luz del sol. Es como si odiase todos esos destellos, como si detestase valerse por sí mismo.

Es un descenso de la esperanza, es un descenso a los infiernos. No sé qué lugar es este, no puedo guiarme, no puedo reconocer a nadie. Está todo tan oscuro que cuando intento abrir los ojos no sé si todavía los he abierto. Si hubiese alguna señal, si pudiese seguir algún sonido iría hacia él, intentaría volver atrás sobre mis pasos, pero no puedes retomar una caída, no puedes reconstruir unos huesos rotos. 

La nostalgia me invade una vez más. Mis ojos se empañan y me mezo con todo el cariño que puedo transmitirme. Es todo tan frío, es todo tan absolutamente plano que ya se me hace normal vivir en este reino desconocido. Desde aquí puedo imaginarme el paso del tiempo, puedo ver como las manillas del reloj avanzan inexorablemente, puedo sentir como el miedo cubre mi nuevo mundo en cenizas. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario