Aullidos del fin del mundo

sábado, 2 de junio de 2018

Las acciones tienen consecuencias

Estás tan en el borde del precipicio que un paso en falso decidiría la voluntad de tus acciones. No me atrevo a mirar debajo de mis pies. Hay demasiada diferencia entre estar colgando o caer definitivamente. 
Me siento más cercano al día final. Es un miedo diferente, uno que no solo te deja agarrotado mirando al vacío, si no que te limita, te corta las alas, te empuja aun cuando tiendes la mano. 
Sé que no toda la esperanza está perdida. Que hay una capa de sombras que me cubre más de la mitad de mi vida. Sé que no puedo ir más allá, de momento. Algo me chirría a todas horas. Un sonido incesante que me avisa de que algo lleva yendo mal desde hace más de lo que me gustaría. Tampoco es que le preste la atención que se merece. Nunca tengo tiempo, ni cuando tengo todo el tiempo del mundo. 
Lo alargo lo que puedo, pero es irremediable su llegada. A veces soy más consciente que otras, pero cada vez que vuelvo a mirar en ese ojo del huracán me veo más arrastrado, más parte de su estructura, un colindante tratando de compartir un espacio que está vetado. 
No tengo que adelantar la mirada más de lo necesario. Estoy tan metido en el lodazal que para escapar necesito confiar y dejar que las arenas movedizas me traguen primero. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario