Aullidos del fin del mundo

martes, 30 de enero de 2018

No hay nada bueno en mí

Aquí es donde estoy, pero no es donde querría estar.

Somos aire. Un pañuelo a la deriva. Soplamos porque sabemos el rumbo, pero nos lleva el mundo en sus brazos como un infante a quien le enseñan que es peligroso salir solo. 
No nos exponemos al día, nos arrastra la noche. Sabemos qué es lo que va a ocurrir, está en nuestra naturaleza. Nos agazapamos para convertirnos en cazadores, preparados para el descontrol. Nadie nos ha enseñado disciplina. Tensos, afilamos nuestras armas dispuestos a disparar. Nos volvemos a convertir en aire, esquivando las balas al verlas venir. Somos los únicos a quien nos gustaría disparar, pero incluso en eso fallamos. No se puede confiar en nosotros. 

No puedo controlar mi vida. No hay nada bueno en mí. 


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