Aullidos del fin del mundo

viernes, 11 de enero de 2019

Soy incapaz de ganar

Céntrate antes de que el tiempo te engulla. De momento me asfixia. Este año van a pasar cosas muy malas y aun así necesito aguantar. No puedo esconder la cabeza como si fuese un niño. Ya no soy un niño. Necesito reaccionar. Todo me viene grande. No soy bueno en nada. Me siento inútil. No sé como avanzar. Sigo viviendo por inercia. INERCIA. ¿Quién queda ahí? ¿Por qué me siento tan terriblemente solo? ¿Por qué sigo ligando palabras inconexas como si tuvieran alguna clase de sentido?

Me rompo continuamente. Es casi como si lo disfrutase. Todas las noches me rompo un poquito. No sé si mi aullido le llega a alguien, pero me duele mucho. No soy capaz de soportar tanto. No soy lo suficientemente fuerte. Veo el camino tan áspero e interminable... Veo las horas pasar como si se tratase de una carretera infinita en la cual no pasa nada. Ni siquiera una leve corriente que me ayude a respirar. No hay nada que me motive. No hay nada a lo que aferrarme. No hay nada excepto esta oscuridad que arrasa con todo. ¿Por qué creía que podría quitarme la venda este año? Como soy tan necio de creer que podría ser diferente. Estoy tan cansado de mí. Estoy tan cansado de este cuerpo, de esta voz, de este engendro. No hay calma ni caricias. No hay abrazos que puedan rescatarme de aquí. 

Rompo a llorar. Me auto destruyo. Soy tóxico para mi propia integridad. Vuelvo a la ansiedad. Vuelvo a esas noches sin poder dormir. Vuelvo a imaginar demonios que vienen a por mí. Es algo pasajero, me digo. Es algo pasajero. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario