Aullidos del fin del mundo

miércoles, 14 de febrero de 2018

El pozo en el que el tiempo me dejó sin saber cómo había llegado

Despierto aterrado. Veo a todos los buenos pasar por encima de mi cabeza. Todos me ven, incluso intentan acercarme una cuerda. Siento las manos en peligro, como si hubiesen pinchos acechando. Si intentase escalar, terminaría cayendo por el precipicio. 

Llevo tanto tiempo aquí que me he vuelto viejo. Recupero los recuerdos que una vez me costaron tanto vivir. Me sentía encerrado incluso cuando era libre. Aprovechaba para huir cuando solo me pedían abrir la puerta.

Sigo buscando al malo. Alguien debe creerme cuando le señalo. Ellos solo me piden que salga alzando las manos. Estoy tan desolado. 

No me importa desprenderme de la carne. Mis ganas de llamar tiran más fuerte. He de resistir para que la voz no se duerma en este pozo sin fondo. Mi voluntad es férrea, pero mi envoltorio es débil, pero en cuanto coja impulso...

me va a faltar ciudad para correr. 

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