Aullidos del fin del mundo

lunes, 2 de octubre de 2017

Acú(éstate)stico

Me siento como aquel funambulista que caminó sobre las torres gemelas. Es todo tan frágil que un soplo de aire, una mínima corriente podría hacerme desequilibrar y caer. 

Mi cabeza echa humo. Sigo sin descifrar el significado de "ser diferente". No me sienta bien pensar, ni seguir despierto por más de 24 horas. Aún me da miedo abrir la puerta del búnker. Se me hace imposible la idea de poner un pie ahí fuera sin acojonarme primero. 

Veo las cosas como pequeños pedazos de algo más grande. No sé si esto se parecerá a estar bajo los efectos del alcohol, pues nunca me he emborrachado, pero si así fuese creo que tampoco me sentaría bien. 

Hay como un pequeño ser dentro de mí que está tan decidido a ordenarme que es lo que debería estar haciendo que me siento mal por no hacerlo y vuelvo a mi posición fetal. 

Ya sé que no soy como ellos. No pretendo ser alguien que no soy, pero es que siento que no actúo como querría hacerlo. Es como un encierro voluntario de ese ser diminuto que no para de discutir conmigo. 

Si al menos pudiese volarlo todo en pedazos. Si no hubiesen consecuencias... 

Estoy tan pegado a una vida que no quiero vivir que a veces pienso que me estoy yendo paulatinamente. Ya no me importa si alguien más se da cuento o no. Esto ya es una guerra que no sé frenar. No quiero seguir así. No quiero dejar de dormir porque me asusta cerrar los ojos y ver todo lo que me estoy perdiendo, todo aquello que es más real en sueños. 

Quiero amanecer sin arrepentirme. Quiero emocionarme. Quiero dejar de vivir en acústico. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario