Aullidos del fin del mundo

domingo, 22 de mayo de 2016

Aquello que no pudo arreglar

Su única misión es sobrevivir. Parece un animal encogido, lamiéndose las heridas en las sombras, procurando que nadie note su presencia (o su ausencia, quizás). 

Hubo un tiempo en que no hablaba en pasado, ni en futuro, ni siquiera en un presente ambiguo. Hubo una vez en la que creyó que todo se volvería más caliente, que la sangre le quemaría al descubrir las maravillas del mundo.

Sin inspiración, dejó de sorprenderse. Quería ir más lejos, pero no hizo caso de los consejos. Se olvidó de poner nombres a las cosas y eso hizo que el amor se volviese un terrible desconocido. 

Cada vez que se acercaban a su espalda, le parecía que querían apuñalarle. No tenía motivos para creer hasta que miraba atrás. Allí se sentía cómodo, sin miedo, a un nivel superior. 

No había un lugar mejor. Nada más dulce. Nada que le satisficiese. Nada salvo el fin de aquel mundo. Su destrucción. La ruptura de esa ficción sangrienta.

Ese fin era su hambre y sus ganas.



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