Aullidos del fin del mundo

viernes, 30 de noviembre de 2018

Eres valiente y por eso sé que puedes soportarlo un poco más

Quiero seguir hasta el final. Quiero dedicarme a esto. A evolucionar, a resolver los enigmas del pasado que nos cazan en el presente. Somos los nuevos gigantes del mundo y no nos comportamos como tal. 

A veces toda esta calma se convierte en una violencia demoledora. Un filo que corta la respiración y me provoca caer más y más bajo. Es casi un fin de juego, una vida menos. Es una pantalla que no soy capaz de pasarme aunque yo en esto sea el mejor. 

Me han dicho tantas veces que alguien me va a dejar entrar que cada vez que se cuela una voz por la puerta corro a cerrarlo todo con pestillo y me quedo empujando para que nada ni nadie pueda asomarse y salvarme de la caída que inevitablemente está por venir. 
Si salgo, solo lo hago para renovar la sensación de estar solo. Es como un pez que se muerde su propia cola. Es algo que forma parte de mí y que me disgusta, pero debo aprender a controlarlo. 

Es tan exhaustivo el no poder descansar bien que me vuelve tóxico y me impide realizar todo aquello que podría darme una oportunidad. Es casi como si yo mismo me pusiese obstáculos para no avanzar.

Si pudieran conocerme en el fondo, si alguien se sumergiese a lo más profundo de mi ser podría encontrar a una persona totalmente distinta de la que aparento. Se daría cuenta de que aún debo exprimirme, de que puedo sonreír más allá de la falsa mueca de todos los días, que mis ganas de comerme el mundo y de vivir se proyectan hasta el infinito. Verían mi verdadero yo. Uno que hasta que no termine su reclusión será incapaz de ayudarme a superar la etapa más larga y más destructiva de mí. 

Allí, en esa cueva de Platón, cada día me repito lo mismo: De momento, debes de ser lo suficientemente valiente como para poder aguantar un día más. 

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