Aullidos del fin del mundo

viernes, 21 de septiembre de 2018

Amor(dazado)

Me he despertado de un sueño muy largo. Se estaba tan a gusto ahí dentro, en el reino de la despreocupación. Es como si mi cabeza se hubiese saltado años y el mundo tuviese otra óptica distinta. Me siento algo mareado. Actúo por inercia pero realmente lo que hago lo controla ese sueño que tan bien me acogió. Aún no soy del todo yo. Igual parece una locura, pero siento como si cuatro años de mi vida me los hubiesen arrebatado. Me han sacado de un lugar y me han colocado en otro donde todo está patas arriba. Como si fuese la marioneta de alguien. 

Me encuentro lejos de la casilla de salida y lo único que pienso es que no quiero defraudar a nadie. Sobretodo a mis padres, a quienes ya les veo las arrugas y el cansancio. Nunca me había fijado en sus rostros. Están realmente cansados. Se han esforzado mucho para traerme hasta aquí. 

He advertido que no estoy en una película de ciencia ficción, pero que cualquier director podría empezar a filmar y estoy convencido de que me llegaría a creer más toda esta incertidumbre si pudiese pausar y rebobinar. Quiero el tiempo perdido de vuelta. Quiero andar entre las personas sin sentirme un extraño que debería estar ya lejos de ahí, en otra ciudad, en otro ambiente, en otra mente. 

Todo se ha desmoronado y  aquello de lo que me protegían es a lo que ahora debo enfrentarme yo. Es mi responsabilidad, después de todo, proteger a aquellos que me han ayudado. Ya no hay vuelta atrás, ya no hay niños ni adolescentes.

Todo se toma tan en serio a sí mismo que creo que voy a vomitar. ¿Esto es la realidad?


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