Aullidos del fin del mundo

miércoles, 15 de marzo de 2017

Rasgos esenciales

Queriendo huir de la propia huida te conmoviste de la fugacidad de la vida. Somos tan complejos que nacimos queriendo una cosa, que una vez conseguida, dejaríamos de amar, hasta que pasado un tiempo nada nos llenaría tanto como volver a ese efímero momento.

Somos subjetivos. Vamos primero... ¿o no? Dueño de nuestras obras, ingobernables, impertérritos. 
Si alguien nos pregunta tan solo queremos suplantar la identidad de Dios.  La creación de libertad, el arte de la belleza universal. Ya nadie se acuerda de nosotros; y nosotros respiramos en todo el mundo. 
Estamos más allá del bien y del mal. Actuamos por instinto, por lo que sentimos. 

Me mataría por la verdad, por la realidad que yo creo. ¿Quién es capaz de saltar al vacío por la naturaleza que le rige? 

Únicos y singulares. Mi nombre, aunque compartido, es especial. Habla de mí y tan solo de mí. Formo tanta parte de la naturaleza como los animales salvajes. Quizás porque también soy salvaje, indomable.

Un ser romántico hasta la médula, que llora y ríe abrazando ambos por igual. Vivo con drama, porque exteriorizo lo que corre en mis venas, en mi corazón, en la respiración entrecortada. 

Podéis olvidarme, porque vosotros partiréis y desapareceréis; yo, en cambio, volaré sempiterno. 

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