Aullidos del fin del mundo

lunes, 31 de diciembre de 2018

No habrá más enfados este año

No te ofendas, pero nadie dijo que fuese a ser fácil. Terminar de esta forma quizás sea un tanto desalentador, pero aún no he perdido toda la esperanza. 
Sigo enfadado. He estado muy enfadado durante mucho tiempo. Al principio no entendía muy bien de donde provenía y eso me hacía perder los nervios incluso más. Pero conforme me iba adentrando en el año, más me iba dando cuenta de que el mayor motivo de mi ira no era otro que el de no saber responderla. Era tan sencillo... La razón es que no había razones para no estarlo. No había encontrado el pretexto exacto para liberarme. 
Es el ancla que aún llevo colgada en mis manos la que me hunde sin remedio y me arrastra por el océano. Es todo el peso de las malas decisiones y de las oportunidades perdidas las que me remolcan hasta lo más profundo. Es, sin lugar a dudas, toda la apatía que he ido acumulando durante estaciones, la que pone la guinda al pastel y me derrota sin la posibilidad de contestar y arremeter. 
Es tanta la furia que me ocupa en este pobre cuerpo, que solo puedo pretender renunciar a ella el último día del año con mi último anhelo. No hay nada que pueda querer más que desertar de esta batalla y despedirme de un mal que a nadie le deseo. 

Está bien, no te preocupes. Una vez más, yo sé que todo irá bien. 

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