Aullidos del fin del mundo

jueves, 27 de octubre de 2016

Sabes bien como decepcionarme

Sigues sin mirarme a los ojos, así que mírame. Ya me he quedado sin apuestas.
Te has convertido en una cuestión de negocios. 

Todavía no has salido corriendo,  aunque reconozco que esperaba que al menos alzases la mirada. 
Supongo que seguimos el mismo camino que antaño, ese vaivén de mundos opuestos que tanto te deleita. 

Ya no malvivo en la periferia preguntándome si algún día llegaré a donde tú lo hiciste. Ya me convertí en ti, ya me di cuenta de que las sombras no son la respuesta a las pocas luces que me dejabas ver.

Inevitablemente siempre llega el momento, una razón que nadie más que tú o yo entendemos. Que me vas a descubrir que no haya descubierto... al menos si nada sale bien volveremos a empezar de cero. Mejor dejémoslo correr.  ¿No ves que no puedo darte tanto?

Que harto estoy de volver siempre a tu retorno. No vuelvas, quédate en casa, si es que allí al menos saben quien eres. Sólo te quiero destrozar la boca. Si tú te bajas yo no respondo. Te confundo tanto con el enemigo.

Y si te atreves a volver, mírame y dime si no es verdad que te arrepientes. 

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