Aullidos del fin del mundo

martes, 14 de enero de 2014

El arte de estar raro

No puedo resumir todo aquello que se me escapa de las manos y empaquetarlo en una gran bolsa de basura, no tengo esa capacidad de síntesis. Incluso no sé cómo organizar cada uno de los sentimientos que vienen y van en otra dimensión, como gusanos en un charco, chapoteando sin llegar a un rumbo fijo. 

Hay demasiados elementos como para obviar los detalles desapercibidos. ¡Eh, que yo os veo!
Nada de excusarse tras el deterioro del tiempo. Nadie nos enseña donde parar. Así que detengámonos un minuto a pensar. Me asusto cuando pienso y se hace eterno. Mejor no pensar. ¿Quién decía aquello de dejarse llevar? El viento es demasiado débil para arrastrar tanto peso muerto. 

A día de hoy aún me asombra la capacidad que tiene el mundo para hacernos dirigir la mirada a otro punto, a otro lugar, a un nuevo sentimiento que estaba ahí dormido, latente en ti.

Aún hay esperanza si no nos vamos a dormir.

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