Aullidos del fin del mundo

sábado, 20 de abril de 2024

Mísera paciencia (Puto abril)

Como un alfiler, directo a la sien. Este ruido mental... ya no quiero calmarme, ahora quiero ser un animal. Tengo el pecho hecho jirones y mi corazón a punto de estallar. Me hace daño este lugar. 

El tiempo pasaba lento porque todo era difícil, y ahora, ahora que todo iba bien, ahora que todo era fácil empiezo a sangrar de nuevo. Esto no es taxativo. 

Como si fueseis constelaciones, tan preciosas y tan brillantes, me sentía cómodo girando a vuestro alrededor. Pero la luz se apaga y siento terror. Otra página, tan pronto, tan de repente, tan frío.

Seguía lloviendo metralla, pero no me daba cuenta. Todo parecía en orden. Incluso el tejado parecía aguantar. Ahora no sé si ser real es suficiente. Amanezco en la misma cama todos los días y me siento un extraño. Siempre vuelve este remolino de dudas. Siempre acabo mal, con los huesos rotos y los ojos rojos. Me utilizan, constantemente. Nadie me quiere. Nadie me valora. No soy suficiente.

Y me lo digo. Me lo repito. Hago el ejercicio de pronunciar lo contrario. Pero no se hace realidad. Es como un boomerang. Todo aquello que temí una vez vuelve multiplicado y cuando menos te lo esperas. Ya no sé qué más dar de mí. Será mi actitud. Será mi visión borrosa. Por más que lo pinte de azul, todo se vuelve negro azabache. 

Necesito IRME de todo lo que conozco. Me cuesta respirar. Me cuesta seguir sonriendo si cada vez que doy un paso hacia delante, el camino se derrumba delante de mí.

¡BASTA YA!

Estoy hasta los cojones de ser el último. Para todo. Para todos. PARA ABSOLUTAMENTE TODO.


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