Aullidos del fin del mundo

miércoles, 24 de octubre de 2018

¿Allí dónde?

Bienvenidas que coinciden con el final de una etapa. Quizás todo estaba en mi mente y la única barrera que tenía en medio la había hecho aparecer yo. 

Es casi un proceso kármico que me lleva a plantearme si en algún lugar del universo habrá alguien jugando a las marionetas con nosotros y habrá decidido que ya se había cansado de que yo interpretase siempre el mismo papel. 

No es tanto como una esperanza programada, sino más bien un ejercicio de voluntad y madurez que me pide mantenerme fuerte y estable para poder respirar mejor y no atascarme en el miso círculo embarrado. 

Es curioso como tan solo hace falta un pequeño empujón o unas palabras amables para sentir que todos tus problemas realmente no son nada comparados con el tamaño del globo. Incluso un nuevo rostro entre toda la rutina, aunque sea un rostro borroso con el que sabes a ciencia cierta que probablemente sea solo una figura pasajera.

Es esa chispa capaz de cambiar al mundo y a las personas la que nos da la energía suficiente como para retomar una vez más el gran camino del dónde, el cómo y el porqué. 

De momento mi dónde no tiene mucha escapatoria. El cómo siempre ha sido con garra y fuerza. El porqué me daría quebraderos de cabeza, pero la respuesta corta sería porque no tenía más remedio, aunque eso ha ido cambiando con el tiempo. Es posible que las encrucijadas estén por algún motivo, que mi poder de elección fuese el que fuese porque debía llegar a un día como hoy y pensar que puede que merezca la pena si soy capaz de llegar hasta la recta final. 

Pero como un espectro casi imperceptible nace el dónde renovado. Un dónde que me desliga de mis cadenas, que me libera de la prisión de mi cuerpo y me indica tantas salidas como lugares existen. ¿Será ese dónde un buen sitio? ¿Será ese dónde aquí?

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