Aullidos del fin del mundo

martes, 9 de diciembre de 2014

Dormir fuera de esta ciudad

Vuelo dentro de esta habitación, de ventanas oscuras, de aire viciado. Aún sigo allí, cuidándole, rompiendo a llorar. La escarcha de diciembre lo cubre todo, el frío nos abriga y su sonrisa lo calienta todo, absolutamente todo. 

No creía en las casualidades, no tuve tiempo de hacerlo, pero llegaron sus ojos y llegó aquella ciudad que lo cambió para siempre.  No quiero a nadie más que a ti. No tienes remedio. No me apetece nada más que sentirte, que abrazarte, que lograrlo todo a tu lado. Eres tú. Lo sé. Has llegado y no pienso dejar que algunos kilómetros pesen más que lo que sentimos. 

Recuerda que estamos tan cerca, que quema. Tan cerca, que los obstáculos desaparecen. Tan cerca que hoy dormiremos en la misma ciudad, aunque sea distinta. Ya te echo de menos. 

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